YOHJI YAMAMOTO

A los nacidos, profesionalmente hablando, en la era Y-3 (entiéndase como la unión entre el diseñador japones y la firma Adidas creando una de la las líneas más prestigiosas en diseño dentro del ámbito textil y en calzado deportivo) conocer la realidad de la firma, su historia, universo.... nos queda un poco lejos. Al menos a mi. Pensar en la marca me recordaba a los largos castings en su cuartel general muy próximo al Pompidou (París), poco más.

Hasta el momento, no había tenido tiempo para detenerme a estudiar mínimamente al diseñador el cual me sobrepasaba en el más amplio sentido de la palabra. No sabía discernir si me gustaba su moda o no. Simplemente, no la entendía.

Ahora, si la valoro.

Gracias a la exposición recién inaugurada este pasado sábado en el museo londinense Victoria&Albert y que estará abierta hasta el el 10 de julio.

Entrada: 7 libras. Se pueden adquirir con antelación.

La parte principal, muestra por primera vez las colecciones masculinas del diseñador, hasta ahora nunca expuestas.

Esto me hace reflexionar en el poder de la ropa femenina y lo que supone para un diseñador.

Es decir, el propio Johji Yamamoto define su ropa como "vestir mujeres con prendas de hombres", lo cual me hace entender que en ropa masculina es donde él se encuentra más cómodo, pero en cambio las colecciones femeninas son las que han acaparado la atención del publico en general y la prensa.

Y no precisamente porque en hombre haya hecho cositas sencillas de llevar. Como el desfile "Hombres con Faldas", un ejercicio maravilloso a nivel técnico pero también estilístico.

Busco y rebusco pero no encuentro el vídeo de dicho desfile.

En mujer, se han seleccionado una amplia variedad de looks en los que caer embelesada mirando (sin tocar) en 360º los entresijos visibles de piezas que ves donde comienzan pero no donde terminan, tejidos tratados específicamente para una única prenda, materiales ensamblados, plisados, arrugados, que dan como resultado volúmenes impensables y que te llevan a pensar: Y ahí ¿por dónde te metes?.

¡¡Una gozada poder deambular sin orden entre piezas exquisitas!!

En las fotos, sendos homenajes a dos grandes couturiers. A la izquierda, traje chaqueta con bajomangas en volumen dedicado a Christian Dior. A la derecha, capa con volantes sobre una crinolina inspirada en Cristóbal Balenciaga.

Y de paso, pillada de una visitante que me trincó cometiendo el delito de fotografiar cuando no debía.

Que conste, lo hago por vosotros... :D

Para además poder llegar a todas las partes del universo Yohji Yamamoto se han creado en diferentes espacios material anexo que trata sobre escultura, para cubrir el eslogan "olvidemos al hombre de negocios, alejémonos de corbatas y trajes. Seamos vagabundos", otra dedicada a la música, una de sus grandes pasiones, una más en la que a través de la pintura se expresa su idea curvilínea del cuerpo femenino, en la siguiente, como telón de fondo grandes tapetes para expresar la relevancia de los materiales de confección y como el diseñador escucha lo que cada uno le transmite, y por ultimo, los acabados, en los que Yohji Yamamoto define sus prendas como ropa casi militar, preparada por aguantar diez años o más, su deseo es de perdurabilidad mediante el uso.

No contentos con todo esto, se puede acudir a charlas, exposiciones y proyecciones que se irán desarrollando a lo largo de los meses venideros cubriendo y reforzando de manera paralela la exposición principal.

Por último, a la salida del museo se encuentra la librería, para terminar con la transtornación...jejejj. Me los hubiese llevado TODOS.

Dos libros fantásticos a recomendar. Para los entusiastas del volumen futurista/japonés una edición repleta de patrones e instrucciones para ejecutarlo en tu propia casa: Pattern Magic de Tomoko Nakamichi. Y, la poco ortodoxa autobiografía del diseñador hilvanada a través de cartas, experiencias, poemas... Titulada, My Dear Bomb. Más explícito, imposible.

Así que ya sabéis, aquellos que paséis por Londres en breve, si tenéis un hueco, no dejéis de visitarla. Muy, muy recomendable.