Si entráis en una de las tiendas de Fosco y de pronto no reconocéis ni el producto ni el espacio, no prenséis que el establecimiento ha cambiado de firma. Es Fosco, de toda la vida, pero con un cambio radical que comienza esta temporada y paulatinamente iremos viendo en todos sus espacios.
Se presenta la nueva imagen de tienda en la situada en Ayala 13 (Madrid) y nada más entrar me reciben estos tres maniquies luciendo la colección de Cristina Piña. Comenzamos bien. ¿Habéis visto alguna ocasión que el glamour cinéfilo no guste?
Me detengo en las consolas y estantes con producto.
Con un toque reversionado en zapatos clásicos veo suelas en color contrastado a la piel, hormas más arriesgadas, pieles estampadas en cebra, leopardo o príncipe de gales, tacones arriesgados que superan los 10cm, botas moteras con apliques en cristales, botines deportivos con cuñas internas.....
El cambio es tal, que me cuesta recordar como era la tienda la temporada pasada.
Al fondo, en un espacio dedicado al calzado masculino y que asemeja un taller de antaño, nos espera la protagonista de la campaña de esta temporada, Alba Carrillo, quien además se estrena como presentadora este próximo sábado 6 para Glamour TV.
Alba, junto con un modelo francés (de quien ahora mismo no recuerdo su nombre... uppsss) ponen rostro y pies al catálogo y escaparates de la firma.
Siempre jugando con la versión masculina y femenina de ambas propuestas.
Y diréis, ¿tú qué tienes que ver con todo esto? Pues muy sencillo, he sido la encargada de realizar el estilismo en la versión masculina de la campaña.
En el caso de Alba Carrillo, es Ana Antic quien firma el estilismo en un shooting realizado en Madrid.
Unas semanas más tarde, el equipo de la firma nos desplazábamos hasta San Sebastián para realizar la segunda parte, versión masculina, siguiendo la línea de la primera.
Tras seleccionar las prendas basándome en la previa selección de calzado, hicimos maletas y rumbo al norte.
Una vez acampados en la espectacular casa tomada como localización, llegó el momento de hacer fitting para seleccionar los looks definitivos y comenzar con el ritual de la plancha, fueron 6 fotos pero llevaba ropa como para fotografiar
Mientras, el modelo pasaba por maquillaje y peluquería.
Hay quien me pregunta si no se me hace extraño no ser quien está en la silla dejándose maquillar y peinar, pero no, todo lo contrario. A veces pienso cómo he podido ser ta(aaaa)n paciente, con la de cosas que ocurren en el otro lado. Claro, que la responsabilidad que uno acarrea, nada que ver.
Y ahora, cuando sí me toca sentarme y dejarme acicalar, lo disfruto el doble.... aunque no lo eche de menos.
El making of deja claro cual es mi labor a parte de seleccionar y combinar las prendas. Estar atenta a cada detalle para controlar desde la arruga más impensable, y que el ojo no detecta como fallo pero tras el disparo y debido a la iluminación es un fallo garrafal, a perfilar cualquier leve detalle que puede ir de una pequeña pelusilla a un tramo de camisa que asoma con vida propia.
Y es que la vida del estilista tiene dos claras características, vas a terminar el shooting muy sucia, de tanto ir por el suelo, y vas a ser quien más se descalce para entrar en escena, prohibido entrar en zona fondo con zapatos (aquí como era cemento pulido, me libré). Esto me recuerda que he de pedir cita en Escape para una pedicura urgente. :D
Tras las fotos, empaquetar y volar de regreso.
Porque a la mañana siguiente siempre hay más que aguarda, por ejemplo, tiempo para las devoluciones.
Por cierto, no os he preguntado ¿Habéis pasado por alguna de las tiendas Fosco? ¿Qué os parece el cambio y nueva colección?
¡¡Queremos saber!!