sábado, 9 de mayo de 2015

Serge Lutens, el perfume exquisito.

Por José Luis Maseda
 
 

Sin duda sabes lo importante que ha sido siempre en Francia la cultura del perfume, y conocidos son los grandes nombres que este país ha dado a tal artesanía del olor, pero quiero que conozcas hoy a uno de los más sofisticados.
¿Me acompañas ?

 

Nacido en plena guerra el 14 de marzo de 1942, en Lille (Norte de Francia), Serge Lutens se ve separado de su madre desde muy pequeño y crece entre familias de acogida. Ese sentimiento de abandono lo oprime y a su vez motiva para crearse un mundo de fantasía en el que el mismo se auto inventa al margen de su propia cotidianidad.

A los catorce años y en contra de sus deseos de convertirse en actor, se ve forzado a trabajar en un salón de peluquería en el que rápidamente demuestra todo su talento creativo con los peinados y maquillajes que hace a sus clientas y amigas, a las que convence para que se dejen hacer fotos más o menos artísticas.

A los dieciocho y como la mayoría de los jóvenes de la época, tiene que cumplir con el deber de participar en la guerra de Argelia, y a su vuelta en 1962 decide abandonar su Lille natal para probar suerte en la capital, París.

 

Ayudado por su amiga Madeleine Levy y con las fotos que había hecho a sus clientas con anterioridad bajo el brazo, Lutens se arma de valor y contacta la ya prestigiosa entonces revista Vogue que, gratamente sorprendidos por las fotos que el jovencito muestra, solo tres días después lo convierte en colaborador para el número de Navidad de ese mismo año.

Así, y gracias a su particular y onírica visión de la estética, se convierte en el fotógrafo que todas las revistas como ELLE o Harper’s Bazaar o las casas de moda reclaman, como la propia Maison Dior quien en 1967 decide sacar su primera línea de cosmética y elige al fotógrafo como director artístico de esa campaña que marcaría un antes y un después en su carrera.

Con el apoyo de la entonces papisa de la moda la redactora jefe del Vogue US, Diana Vreeland, Serge Lutens recorre el mundo con su trabajo y queda marcado en particular por la cultura de dos países muy presentes desde entonces en su mundo: Marruecos y Japón,

En los años ochenta, una hasta entonces desconocida en occidente marca de cosmética japonesa queda fascinada por la estética del creativo y es ahí donde comienza una larga historia de colaboraciones entre él mismo y dicha firma, Sisheido, que no necesito presentarte.

Bajo esa misma marca decide crear su primer perfume en 1982, bautizado como « Nombre noir » y vestido de un frasco negro mate y brillante.

Con el tiempo, surgen otros nombres míticos en su carrera de artesano del perfume como el conocido « Féminité du Bois » y visto su éxito decide crear su propia boutique exclusiva.

En 1992 inaugura los « Salons du Palais Royal », exquisita boutique que sigue abierta en la actualidad en los jardines del Palais Royal de París, muy cerca del Louvre y del teatro de la Comédie Française.

Como el mismo Lutens define, el lugar resultó idóneo porque dichos jardines están en pleno centro de la ciudad, pero al mismo tiempo son prácticamente secretos, con lo que su tienda no es un lugar que se descubre de paso, sino un sitio que tienes que saber que existe para poder ir y localizarlo, consiguiendo que el filtro para una clientela selecta se realice de una manera natural, siendo éste un público exigente y entendido en la materia y no uno ocasional o de visita. La filosofía de la casa queda así geográficamente instaurada.
 

 
Como la perfumería de la época se basaba en los grandes lanzamientos y espectaculares golpes de marketing (nada ha cambiado, por cierto), Serge Lutens lanza una revolución olfativa en el mundo del perfume con tanta exclusividad planeada y deseada: un lugar único en el mundo en el que salir del lote identificado con su propio y sofisticado olor.

Y de este modo la boutique es una experiencia para los sentidos por sí sola, puesto que Lutens eligió y decidió personalmente todos y cada uno de los detalles de la decoración, inspirándose en la cultura marroquí y los misterios de la noche para la planta baja de venta directa en tonos violeta y negros, o en la fuerza del sol en los salones privados de la planta superior con ocres y dorados, donde se reciben a los clientes exclusivos y se presentan en privado las novedades para el sentido del olfato que su firma imagina.

Y aunque resida desde hace veinte años en Marrakech (ciudad que le fascinó y enamoró), la curiosa e intensa personalidad del creativo se puede sentir en cada rincón de la tan casi confidencial boutique.
 


Después de añadir a la Historia de las Esencias otros poéticos títulos de perfumes como “Ambre Sultan”, “Tubéreuse criminelle” o “Cuir mauresque”, todos surgidos de los cinco grupos principales entre los que clasifica sus creaciones, como son la Collection Beige, la Collection Éphémère, la Collection Noire, la Diffusion de Perfumes y la Section d’Or; en el año 2000 Serge Lutens crea su propia marca de cosmética bajo el nombre de “Nécessaire de beauté”, y sus productos se convierten en una selecta gama que la industria reconoce con prestigiosos premios como varios FIFI Awards (otorgados por la Fragance Foundation) e incluso la distinción de Medalla de las Artes y las Letras.
 


En propias palabras del artesano, el perfume es algo inherente a nosotros mismos, sin que un olor particular sea masculino o femenino sino surgido de una sensibilidad olfativa y personal, algo por lo que nos manifestamos o nuestra arma de seducción más inconsciente. Y es ese concepto el que le motiva a crear nuevos perfumes como si de una historia o novela se tratase, para explicar un deseo, una emoción y dar forma a una idea, cosa que realiza con la ayuda de Christopher Sheldrake, la persona que le proporciona el punto de vista técnico y legal de ese proceso que define como alquimia y casi brujería.

Y tú, ¿a que te dejarías llevar por el embrujo?

                                                                                         

 

2 comentarios:

Cheska dijo...

Siempre me ha parecido muy difícil la profesión de perfumista quizás porque personalmente hay miles en el mercado y realmente son buenos tan solo unos pocos. Me encantaría tener alguno de sus perfumes seguro que son exquisitos y únicos.

Bss pirata !

Cheska dijo...

Siempre me ha parecido muy difícil la profesión de perfumista quizás porque personalmente hay miles en el mercado y realmente son buenos tan solo unos pocos. Me encantaría tener alguno de sus perfumes seguro que son exquisitos y únicos.

Bss pirata !