Cuando va pasando la primavera con toques otoñales y parece no dar paso nunca al verano ¿Cómo se llama?
No me suena que tenga nombre pero si hay un refrán que dice: Hasta el 40 de mayo, no te quites el sayo.
Pues como quien no quiere, voy avisando. Ese 40 de mayo es mañana, así que quien se encargue de organizar el tiempo pido lo tenga en cuenta, porque si otros años la colección de gabardinas, abriguitos de entretiempo y medias chaquetas habían caído en el fondo del pozo del armario por no tener ocasión para ponértelas sin quedar petrificada por el frío o convertida en una sauna andante, esta temporada (de mierda, según dicen por ahí, porque ha mermado las ventas) ha salido al completo a razón de día/chaparrón (comenzaba a pensar que vivía en Londres) y llega el momento de dejar paso a shorts y sandalias, porque para septiembre espero estar con las novedades del otoño y no romanceando con tejidos livianos, flores y largos exhibicionistas.
Todo este discurso para venir a concluir con la moda de street style masculina y afirmar lo mucho que me gustan las gabardinas en hombres.
Y con bolso, como este, y un paraguas con mango de bambú, más.