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martes, 21 de octubre de 2014

Hubert de Givenchy en el Museo Thyssen


Cuando algo me interesa, capaz soy de suplicar, tirarme por los suelos y hacer lo necesario por estar allí. Algo así se podría decir que he hecho por poder acudir a la inauguración en exclusiva de la exposición de Hubert de Givenchy para la revista Vanity Fair. Si creían que iba a perder la oportunidad de llegar a la exposición y poder recorrerla casi a solas, sin nadie que interrumpa, cámara en mano contándole a los de seguridad que hoy sí dejaban hacer fotos (aunque creo que no), y aproximándome más de la cuenta a las piezas para verlas en detalle, la llevaban clara.

A las 20'00h en punto me tenían en la puerta del Museo Thyssen, vestida con un abriguito de Cristina Piña y la batería del teléfono y la cámara hasta los topes. No importaba si había sido un día largo de trabajo, lo que me apetecía era disfrutar de la que sin duda es la exposición de moda de este otoño/invierno, y esta vez no diré de Madrid, sino de Europa, ya que se trata de la primera retrospectiva dedicada al diseñador. Sí, como lo oís, la primera vez que las piezas de uno de los grandes maestro de la haute couture pisa un museo para él solito. 

Tras el recorrido nos hemos ido a la zona del cóctel y allí no sé cómo (bueno, sí sé, en la barra de los gin tonics) me he puesto a hablar y brindar con Tita Cervera, la Baronesa Thyssen, artífice de que esta exposición esté hoy aquí, sobre el gran trabajo que han hecho y ella se ha puesto a hablar de lo señor que es monsieur Givenchy y de cómo ha guiado y colaborado de principio a fin la exposición. Todo lleva su sello, hasta los arreglos florales traídos desde Italia.

De lo que ha dicho sobre Valentino, me lo guardaré, por si en un futuro retoman las negociaciones donde las han dejado y también tenemos la suerte de que traigan la exposición, inicialmente prevista, para más adelante. Ese día, también quiero estar allí.

La exposición está repleta de piezas icónicas inimaginables, como un vestido infantil de Carolina de Mónaco, y otras que eran de esperar, como el vestido que llevó Audrey Hepburn en Desayuno con Diamantes, quien por cierto es el ángel que sobrevuela constantemente la exposición apareciendo de nuevo cuando menos lo esperas.

A parte, encontraréis un hilo conductor que está por encima de las diferentes etapas de diseño del creador y se centra en estilos, colores o materiales y las acompaña de obras de arte pertenecientes al propio museo.

No sé si ya os he abierto suficientemente la curiosidad, pero.... 


-Bienvenidos a un amplio recorrido por la exposición-

domingo, 20 de enero de 2013

20 años sin Audrey


Para los que gustan de juegos con números y simbolismo sin duda hoy es el día, el 20 de enero se cumplen 20 años sin Audrey Hepburn.
Por ello, ninguno mejor para dedicar un post al icono que generación tras generación sigue creando un vínculo e interés hacia su persona y sobre todo su estilo. Solo hay que comprobar la cantidad de avatares en la red que la tienen como imagen o se inspiran en su nombre, para constatar hasta donde sigue prolongándose su influencia como referente. 

Cualquier fecha, imagen o película vinculadas a ella son motivo de aniversario. Si hace dos años las firmas lanzaban ediciones en homenaje mediante calzado, vestidos y joyas que rememoraban su personaje de Holly Golightly en Desayuno con Diamantes, éste hubiese sido (o será) increíble hacerlo pudiendo visitar la exposición Timeless Audrey®, la más completa a cerca de su vida y su carrera artística compuesta por fotos, vestidos, premios y recuerdos personales los cuales conforman un interesante recorrido por las 11 secciones en que se dividen los 800m2 dedicados a sus múltiples facetas.

Crucemos los dedos (y pongamos algunas velas a ver si aparece patrocinador) y esperemos que tras aquel bocadito que se pudo disfrutar en el Festival de Cine Clásico de Granada en el año 2009 llegue en breve a España la exposición al completo.


Comenzamos el recorrido.

La parte inicial está dedicada a su niñez. "Audrey, la niña" está compuesta por imágenes y material audiovisual que recuerdan su infancia, árbol genealógico y los momentos más drásticos de esta: la separación de su padre y la II Guerra Mundial con la ocupación de Holanda.

La siguiente a destacar sería su faceta en el mundo de la danza, "Audrey, la bailarina", su gran pasión por la que trabajó muy duro tanto en su país como posteriormente en Londres y la cual hubo de abandonar por la carrera como actriz, aunque en películas como Cara de Ángel podamos disfrutar de sus dotes.
Entre las cosas más curiosas la amplia colección de zapatillas de ballet que Audrey conservó toda su vida e imágenes inéditas de ensayos.

 

Seguimos avanzando y nos adentramos en "Audrey, esposa y madre", una mirada a su universo familiar a través de los matrimonios contraídos con Mel Ferrer y diez años más tarde con Andrea Dotti, uniones de las que nacieron Sean Ferrer y Luca Dotti (os dejo su Tumblr por si os apetece ver imágenes diferentes a las habituales) respectivamente.

Se exponen ambos vestidos de nupcias, el traje de bautizo de Sean, los tres diseñados por Hubert de Givenchy, documentos, las alianzas, álbums familiares, tiras de fotos nunca publicadas o películas caseras que nos dan la oportunidad de saltar la valla hacia un universo más íntimo.

Otra zona de la exposición relacionada con su vida privada es la dedicada a "La Paisible", una granja del s.XVIII situada en el lago de Ginebra (Suiza) la cual fue su hogar durante gran parte de su vida.
Nos adentramos a través de la vajilla de Limoge, los cubiertos de plata inglesa o los recetarios de cocina escritos a mano, combinados con fotos de la casa en todas la estaciones a lo largo de los años. 


"Audrey, y amigos" es una zona cuajada de fotografías, cartas y regalos testimonio de su amistad con directores, productores, escritores o amigos cotidianos.
Entre lo más llamativo, un traje de luces regalo de Luís Miguel Dominguín en 1957. 


Las siguiente cápsulas son, desde mi punto de vista, las más deseadas del recorrido. Nos adentramos en su armario, su imagen como musa, la faceta de estrella y como no, icono de estilo, a través de qué, de vestidos, accesorios, joyas, bolsos, maletas, sombreros, tocados, premios u objetos personales.

Auténticas preciosidades que la gran mayoría identifica sin problema como procedentes de apariciones públicas, trajes que lució en diversas películas o bien en galas.
Mi parte predilecta, la colección de calzado, casi todos ellos de tacón bajo, y el fantástico joyero.

Algunas de las etiquetas más habituales a reseñar Givenchy, Valentino o Ralph Lauren para los trajes, Salvatore Ferragamo y René Mancini para el calzado, Gucci y Hermés para los bolsos y para el equipaje, Louis Vuitton. 


Por último, se recoge su amor y pasión por los animales, desde sus perros hasta el cervatillo que adoptó durante el rodaje de "Mansiones Verdes" o experiencias con animales exóticos africanos en el rodaje de "Historia de una Monja", así como su amor por los niños del mundo

En 1988 se une a Unicef como embajadora de buena voluntad. La exposición recoge este legado como colaboradora, y no solo eso, la recaudación de la misma está destinada a financiar el programa "All Children in School" de Unicef/Audrey Hepburn Chirldren´s Fund que beneficiará a 120 millones de niños de naciones en desarrollo sin acceso a la alfabetización.

Por eso y mucho más, esperemos verla aterrizar en nuestro país tras su itinerancia por 10 ciudades japonesas y Berlín, para no solo disfrutar de su estela de glamour sino también aportar nuestro apoyo a la causa "Educación para Todos".

*Todas la imágenes han sido extraídas del material original de la exposición Timeless Audrey® y el libro Audrey Hepburn Souvenirs et Trésors d´une femme d´Elegance.
Para su uso, por favor, consultar.

sábado, 17 de marzo de 2012

Petite Robe Noire

Por José Luis Maseda. 

Si hay algo que es absolutamente indispensable en el armario de cualquier mujer, eso es sinduda lapetite robe noire (léase « petit-rob-nuar », s’il vous plaît).
Conocido también como LBD (little black dress), de lo que en realidad quiero hablarte es del vestido corto negro.


Instaurado en la historia de la moda por aquel fenómeno de mujer llamado Gabrielle Chanel, quien lo crea en el año 1926 inspirándose en el uniforme que llevaba ella de pequeña en el orfanato, el vestidito negro no ha abandonado desde entonces ni las pasarelas, ni la calle.


En aquella época, aparece con manga larga y largo a la rodilla, y la revista Vogue lo bautiza como “el Ford de Chanel”, por su sencillez y haciendo sobretodo alusión a la explosión de ventas de la marca de automóviles, augurando también para esta prenda un buen futuro.


Sin embargo, Chanel consigue una vez más escandalizar debido al largo del vestido y sobretodo al color, que entonces estaba reservado al clérigo, las viudas o al servicio doméstico. Pero el ácido carácter y fuerte personalidad de la diseñadora no solamente quedaba claro con esa osadía estilística, sino que ella no se cortaba un pelo a la hora de hacerlo saber. Una anécdota de entonces cuenta que el barroco y exitoso creador Paul Poiret al ver a Coco Chanel en un evento vestida de negro riguroso quiso ridiculizarla preguntándole de quién llevaba el luto, a lo que ella contestó: “De usted, Monsieur Poiret, de usted”.


Así y poco a poco el vestido negro se convierte en el emblema del chic parisino, y se propaga por el mundo gracias a las mujeres de la alta sociedad que viajan y que lo buscan para añadir ese toque de sofistificación de la moda francesa.


El romanticismo de las creaciones de Nina Ricci o el surrealismo de Elsa Schiaparelli no consiguen destronarlo entonces, y su popularidad fue en aumento, ya que a través de las décadas se ha sabido adaptar sin gran esfuerzo a las tendencias de cada época: vestido masculino a lo “garçonne” para los años 20, de mujer fatal para los 30, sugestiva en los 50 y tremendamente rock y sexy en los 80. Así sigue hasta hoy en día, ya que el vestidito negro no necesita de códigos particulares salvo tener un corte perfecto, y se adecua a cualquier ocasión que el vestuario requiera, siendo chic y formal de día, sexy y sugerente de noche, pero siempre con una simple y exquisita elegancia, como prueban todas las mujeres que se han convertido en un icono estético a lo largo del siglo XX, quienes lo han elegido como prenda fetiche.



El experto en costura francesa Didier Ludot, dedica cada temporada y desde 1999 en su particular tienda parisina de Palais Royal, una colección de trece vestiditos negros, que junto a muchos otros de diferentes marcas de lujo componen la prácticamente exclusividad de las prendas que se pueden adquirir en su boutique. Y es que este básico del vestuario femenino se ha convertido en un ejercicio de estilo para cualquier creador, siendo casi obligatorio en las colecciones que se presentan. Tanto, que hasta la firma de perfumes y cosmética francesa Guerlain le dedica un homenaje al sacar recientemente al mercado “La Petite Robe Noire”, el nuevo perfume de la casa cuya afrutada composición incluye, como no podía ser de otra manera, toques de regaliz y de cereza negra en su abanico de aromas.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Divas de Cine





Cada temporada y en honor a los premios cinematográficos la revista Ragazza lanza una editorial de belleza dedicada al mundo del cine.
Si el año pasado la actriz Ana Rujas encarnaba diversos carteles de cine nacional, éste, Silvia Alonso y Dáfne Fernández se convierten en los iconos de siempre de la gran pantalla.


Citación: Mañana del 23 de diciembre en las oficinas centrales de L´Oreal.

Allí nos espera el equipo de maquillaje y peluquería para comenzar con los progresivos cambios de cada una de ellas.

Mientras tanto, yo me dedico a desempaquetar los estilismos y joyas que lucirán en las fotos.

Para representar a cada actriz he escogido dos opciones de look que además nos servirán para no repetir en la imagen que aparecen ambas juntas.

La revista me ha enviado previamente algunas imágenes y les gustaría que fuese lo más fiel posible.
Por suerte esta temporada se evocan todas las épocas en patrones, estampados o colores y encontrar prendas que asemejen lo que lucían las actrices sin caer en el disfraz no ha sido tan complejo como cabría esperar.


El primer look es para Silvia Alonso reencarnando a Brigitte Bardot.

Dudo entre dos look que se me antojan perfectos.
1-Camisa con cuello en color verde fluo, Bimba & Lola, y falda con estampados de pajaros, H&M.
2-Camisa en vichy azul de la firma Magüen y pantalones capri estampados, Bimba & Lola, junto a unas Victoria.

Opinión unánime, dispararemos el segundo look.


Continuamos con Dáfne Fernández como Audrey Hepburn.

Si hay un icono copiado hasta el infinito ese es el de Holly Golightly en Breakfast at Tiffany´s.

Un sencillo vestido negro de Jesus del Pozo con joyas de Tous y Swarovsky y el peinado característico obran el milagro.

Por cierto, fijaos bien en un pequeño detalle de la imagen. Un pie que asoma....
El glamour de un primer plano no tiene porque estar reñido con las zapatillas de deporte para moverse cómodamente.


La siguiente referencia es Rita Hayworth.

Buscando un vestido con glamour pero que además entrase en la franja de precios que se ofrecen a las lectoras de la revista hallé este de Penélope Almendros. Unido a una combinación de dos collares y ¡lista!


Silvia Alonso en esta ocasión será Marylin Monroe.

Su pelo es mucho más oscuro que el de la actriz americana, así que el estilo del peinado y el vestido han de ser lo más explícitos posibles para asemejarse.

Por suerte, durante el proceso de búsqueda encuentro este de Aurelia Gil en un tono rosa palo que le queda perfecto con una caja de cuerpo muy trabajada, escote en pico y una falda con extra de volumen.

Nos falta un ventilador y lo tenemos.


Por último y antes de la foto que ambas comparten, una imagen a lo Tippi Hedren compuesto por un vestido de encaje de la marca Forever 21 y un abrigo estampado de Bimba & Lola (éste lo quiero para mí), por supuesto, perlas. Y ya tenemos ese look 50´s.

¿Qué os ha parecido la propuesta para emular a los iconos de todos los tiempos?

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Breakfast at Tiffany´s


Lunes y "Breakfast at Tiffany´s". Literal.
¿Hay mejor y más glamouroso estilo para comenzar la semana?
























La firma de joyería que se remonta a 1837 cuando Charles Lewis Tiffany abre la primera tienda en el 259 de Brodway (N.Y) nos ofrecía un desayuno al más puro estilo americano: tortitas, muffins, waffles.... y muchos diamantes.
Porque si por algo es conocida mundialmente la marca es por representar el amor entre dos personas a través de sus alianzas.



Y precisamente en ello se basa la página que lanzan What Makes Love True.

Navegar por la página es darse un baño de romanticismo con idílicas imágenes, estupendos vídeos, historias reales que hablan sobre encontrar el amor de tu vida y maravillosas recomendaciones, que digo yo aunque no estés enamorado o emparejado puede darle uso del mismo modo.

En cuatro apartados:
Un compendio de historias con sus protagonistas reales, una guía sobre el arte del romance muy graciosa, además como la casa esta estrictamente vinculada a la ciudad de Nueva York un apartado específico nos sirve como referente para no perderse lo mejor de la ciudad y Love is Everywhere, puntos en todo el planeta señalados por los usuarios de la página y que nos recomiendan lugares, restaurantes o simplementen marcan con sus iniciales un lugar donde alguna pareja compartió un romántico instante.

Con un solo click podéis compartir vuestro amor con todo el mundo.














































Tras cotillear las aplicaciones disponibles en la web comenzó aquello por lo que realmente habíamos acudido, al menos por mi parte, conocer de cerca la colecciones de la firma y aprovechar para ver que tal luce un Tiffany´s.

La casa dispone desde una gama de joyería de precio más comedidos a través de las populares llaves, candados, corazones... creados en plata de ley con las colecciones Return to Tiffany, Tiffany 1837 y Atlas, que se han convertido también en todo un símbolo de amor.
¿No os parece curioso? ¿Qué tiene de particular el packaging verdoso que hace que todo el mundo se enamore?
Reconozco que hasta yo lo estoy, pero de las tapas verdes del libro Legendary Tiffany donde encontrar todas las curiosidades de la firma.

Como no a lo largo de la historia ha contado con la colaboración de diseñadores como es el caso de Elsa Peretti y sus piezas inspiradas en el surrealismo, como son los maravilloso brazaletes creados específicamente para lucir en la mano derecha e izquierda debido a que acoplan con el cúbito (este huesito tan mono que sobresale en la muñeca y en mi caso va chocándose con todo lo que pilla), el modernismo o la tradición japonesa con técnicas como las lacas ultraligeras de este collar que me fascinó, creado con una base de oro, luego lacado e insertado en cordón de seda.
Pura sofisticación sin estridencias.















































Aunque las piezas más artísticas de la firma son las que más me gustan reconozco, y ahora entiendo mejor, la fascinación que crean los diamantes Tiffany o las colecciones más clásicas.
Y es que el amor es así, surge cuando menos lo esperas cotilleando entre vitrinas como con estos pendientes de perlas orbitados con cordón en oro y diamantes.
¡Que ojo tengo!

Luego recibimos una clase magistral aquellas que quedamos embelesadas por los Tiffany Setting, o anillos de compromiso que surgen en 1886 creados por el fundador y que la marca se enorgullece al pensar que han formado parte de las más grandes historias de amor del mundo desde aquel entonces.

Caracterizados por la calidad del diamante en talla brillante o cojín y ensamblados en platino,
las últimas novedades se corresponden en cuanto a la talla del brillante, con nombre propio y patente: Lucida y Tiffany Novo. Máxima exclusividad.


Pero si por algo es mítica la insignia Tiffany es gracias a "Desayuno con Diamantes" (1961). Justo este año se celebran 50 años del film y siempre recordaremos a la actriz luciendo para la promoción de la película el collar Ribbon Rossette de Schlumberger, diseñador de la casa, en el que se engarzó el Tiffany Diamond, un diamante amarillo de 287 quilates (¿os imagináis el tamaño?) adquirido por Charles Lewis T. en 1878.
Para las celebraciones del 150 aniversario de Tiffany&CO, la compañía pidió a la actriz que escribiera una dedicatoria que abriría el libro que se editaría recopilando la historia de la casa y dice así:
"Querido Tiffany, algo bello es una alegría eterna, por eso el brillo de las obras de Tiffany's permanece inalterado. Durante 150 años tu nombre ha sido sinónimo de belleza, estilo, sofisticación, calidad y constancia. Nos has iluminado con tus joyas, iluminando nuestras casas con tus lámparas y nuestras mesas con tu plata, dando distinción a nuestras vidas... y sin duda me la diste a mi al invitarme a desayunar, ¿cuántos pueden decir que han tomado café y croissants en Tiffany's?
Feliz cumpleaños, querido T., con cariño pero también con envidia, porque tras 150 años no tienes arrugas, pero es que la clase no tiene edad.
Tu devota amiga, Audrey Heburn."
Que bella historia de amor, desayunos.....y diamantes.

miércoles, 13 de enero de 2010

Parecidos ¿Razonables?

Vosotros ¿A quién os parecéis?
Seguro que en alguna ocasión os han comentado, que de perfil, cuando sonreís, vuestra expresión, vestidos con tal prenda....sois clavaditos a alguien.
Puede ser al primo de un amigo, a un vecino o a algún personaje conocido.

En mi caso, aunque yo no lo creo en absoluto por mucho que se empeñen, me disfracen, lo comente Andrea de Diario de una Estilista y lo repita hasta el portero, es Audrey Hepburn.

Ya se, ya se, reencarnarte en un icono es fácil o al menos eso parece con todas esas caras populares caracterizadas como la actriz, pero que te lo diga hasta la familia de la mismísima, da que pensar.
Aun así, yo no lo veo...hasta que me reconvierten.
























La primera ocasión para ser Audrey Hepburn por un día, fue debido a una editorial para el Elle Alemán en la que rendían tributo a la colección de la firma Givenchy para ese invierno.
Por aquel entonces que no había visto ni sola de sus míticas película (no, no me miréis así, ser una lerda en materia cinéfila no es pecado) me tuve que pegar un atracón de infarto hasta llegar a idolatrar y odiar, a partes igual, sus películas para así conseguir, según el fotógrafo, desprender tanto encanto como ella.

Honestamente, me encanta cuando pretenden que te empapes tanto del personaje hasta creer que lo eres pero....¡Señores, somos modelos, no actrices! Aunque algunas con el tiempo desarrollen esa faceta.

La sesión fue estupenda, sorprendidos (a medias, París en junio es como en febrero: La misma cantidad de lluvia) porque nos cayó encima toda el agua del cielo en la primera foto pese a que hacía una temperatura bochornosa. Nos dedicamos a disparar intermitentemente cuando las nubes lo permitían: Ahora todos debajo de un paraguas-sombrilla, ahora corre-retoca-posa que tenemos 5 minutos. Eso con cada cambio.
Cada vez estábamos más animados, porque había resbalones, montañas de japoneses que nos rodeaban disparando multitud de instantáneas, el equipo parecía abducido por Disneyland bajo su impermeable amarillo....Hasta que llegó el momento cumbre con la raja del abrigo negro. Al hacer tanto calor y ser una producción de invierno en verano, el estilista decidió que solo me pondría la prendas necesarias, así que jersey, botas y abrigo. Pero resultó que el abrigo tenía una raja que llegaba hasta casi la cintura con lo cual cuando caminaba se abría complemente. Mientras, el público alrededor me veía el culo. Lo mejor es que no nos dimos cuenta hasta que fuimos de vuelta a por el siguiente cambio cuando al cruzar un paso de cebra pasé delante dejando atrás al resto y los oí gritar, reír, correr para taparme.
Cosas que pasan......






















Si con una no había sido suficiente, otra revista alemana al poco tiempo decidía que esta vez sería ella pero en el papel de Holly Golightly
Gato rosa incluido.
























Esta vez, basándose en fotogramas de la película Desayuno con Diamantes se disparaba una editorial de lencería .
Para los temas de ropa interior en revistas de moda siempre se trata de componer una historia por aquello de la escasez de ropa aportando un hilo conductor.
Como no, tuve que remirar la película.





























Y mentalizarme para trabajar con un gato.

Los gatos me encantan pero son tan independientes, autosuficientes y pasotas en general que hacer fotos con uno de ellos y pretender que sonría a la cámara o no ataque el contenido del frigorífico, sobre todo si asoman por allí unas lochas de jamón, es imposible.

Al final con paciencia, y algunas drogas porque el gato pasó de estar hiperactivo curioseando la casa a quedar muerto allí donde lo dejabas (me lo ponían encima para que anduviese por la espalda y el animalillo se colocaba en el cuello a modo de estola), salió todo fenomenal. De recuerdo, unos cuanto arañazos de nada






















También han habido catálogos y desfiles pretendiendo ser ella.
Pero sinceramente, Audrey fue única, siempre lo seguirá siendo....por mucho que me maquillen como ella....jejejej o lo digan mis vecinos.
Y vosotros ¿A quién os dicen que os parecéis?