Pedro del Hierro Sport

La firma Pedro del Hierro presentó esta semana su colección PdH Sport en el Palacio de Santa Bárbara reconvertido en un espacio decorado entre británico, con un photocall extraído directamente desde el Londres Victoriano, sabor francés en las molduras diochocescas de todas sus estancias, con zonas que recordaban a los lofts neoyorquinos con mobiliario de aspecto retro-envejecido con paredes de ladrillo caravista al fondo que contrastaban con tanta sofisticación, por último, un ambiente campestre y desenfadado aportado por los asistentes.

Este mes de septiembre, un idas y venidas en cuestión de clima, sin saber muy bien si íbamos de cara al otoño o regresábamos al verano, ayudó a que la noche fuese de lo más agradable y nos costase internarnos en el interior del palacete a conocer de cerca la colección dividida bajo tres títulos: Country, Colorida en tonalidades cereza y Urbana y Nocturna con tejidos lurex combinados con cuero.

Mis prendas favoritas pasan por los sombreros de ala ancha, los abrigos en tonos camel con un toque militar a través de la botonadura y los pantalones pitillo, elásticos en cuero negro como los que lució Maria León, Directora de Comunicación de Pedro del Hierro.

¿Porque siempre me ocurre lo mismo? Cuando las prendas son tendencia no me llaman en absoluto la atención y este año que parece que el cuero para pantalones puede que viva su última gloria, a mi me fascinan. Reconozco que hay una culpable que me ha introducido a ellos, pero eso lo descubriréis en futuros posts.

El catering fue, a cargo de Simply Fabulous. Una gozada.

Minni muffins de calabacín con queso de cabra, blinis de salmón ahumado con crema de queso, sandwiches de pollo..... Todo riquísimo, servido en originales bandejas de madera rústica, platos dispares en decoración, con flores naturales dispersas y especiales envoltorios.

Original, fue hasta la forma de servir las copas. Sobre marcos de fotografía con imágenes de la campaña.

Ya sabéis, de ahora en adelante los cuadros de casa podéis utilizarlos como bandejas de servicio.

La coctelería estuvo protagonizada por una barra de Gin Tonics en copas balón, como se debe servir, tocados de perejil y pomelo. De diez.

Me podría haber tomado cien de no ser por las colas y los colones. ¿Porque en estas situaciones hay gente que no entiende que hacer una copa con amor lleva su tiempo? y lo más importante, estamos en una fiesta, chachi, no de fin de curso de colegio, sin necesidad alguna de matar por una copa y enfurecer al camarero.

Por suerte, los cócteles de mango y el champagn Mumm hicieron muy dulce la espera para el siguiente trago.

La planta superior estuvo animada por un grupo de música en directo bajo la iluminación en neones, decoración con pantallas de leds y enormes fotografías de las ciudades más cosmopolitas del planeta.

Aunque nosotros y con una cumpleañera (a los que cumplen años no se les puede dejar tirados con una excusa tan burda como mañana he de ir a trabajar, así que cumplimos) al frente nos ubicamos en la terraza exterior de la planta superior a disfrutar del final de la fiesta con vistas al típico bullicio de la Plaza Santa Bárbara durante un jueves noche, pero el comienzo de una noche muy intensa con unos compañeros de excepción en La Turba, donde recalan(mos) todos los golfos de la nuit madrileña dispuestos a disfrutar de un buen mojito con gente divertida y dispar, los vecinos del barrio cuando sufren de insomnio, lo más granado de cualquier ámbito laboral que un grupo de americanos estudiantes bailando un poco de todo, y encima, con unos anfitriones de excepción que es lo que hacen tan carismático el local.

Salomé de Glamour.com, os relata lo graciosa que estuvo la noche.

Al loro con los que el saludo de V no os fascina, estoy reconvirtiendo el sector al saludo Vulcano. Las fotos lo demuestran.

Me quedo con su epitafio:

Madrid me mata con tanta fiesta, pero muero tan dulcemente.......