miércoles, 28 de octubre de 2015

ALBER ELBAZ/LANVIN "MANIFESTE"


En cada una de mis visitas a París, por larga o corta que sea la estancia, siempre me parece que no dispongo del tiempo suficiente como para abarcar como lo que me propongo. Comienzo por anotarme las obligaciones de trabajo que me han llevado hasta allí, luego apunto el hecho de tener que ver a mis amigos de siempre y de antemano aparezco con un lista de exposiciones, compras y lugares a los que sé no he de dejar de ir por mucho que me tenga que cruzar la ciudad de lado a lado, pero es que en ningún otro lugar se hace tan motivador el hecho de que te apasione la moda. Siempre hay algo que ver. Esta vez, la exposición ALBER ELBAZ/LANVIN "MANIFESTE", en la Maison Europeenne de la Photographie, que por cierto, termina este próximo 31 de octubre. Sí, no ha llegado a estar expuesta ni un mes, así que si os la vais a perder no os va a quedar otra que leer este post. :D


La exposición, orquestada por el propio Alber Elbaz con el apoyo de su equipo, sumerge al visitante  en los fittings de la maison Lanvin, en la locura previa a la presentación de cada nueva colección y en la belleza oculta de sus diseños a través de los patrones y pruebas previas al resultado final. Una visita al universo actual de la casa más antigua de la costura francesa, todavía en activo, que vendría a complementar la exposición con la que nos deleitaron a principio de año y que entonces se celebraba en el Musée Galliera.

Esta exposición no es un monólogo de una firma, 
sino un diálogo entre el universo de la fotografía y la moda.

Pasen y vean




El paseo por esta exposición es una visita introspectiva, que no retrospectiva porque las imágenes no vienen a guardar ningún orden cronológico, ni tampoco buscan situarse dentro de ciertas colecciones, simplemente vienen a recoger instantes únicos del proceso creativo a modo de oportunidad para adentrarse en la maquinaria creativa que resulta ser su director creativo. Es una invitación a mirar a través de un objetivo, es una invitación a dejarse llevar por sensaciones, por instantes efímeros captados a través de 400 instantáneas tomadas por But Sou Lai, Katy Reiss, James Bort, Mark Leibowitz, Juliette Da Cunha y Alex Koo, todos ellos fotógrafos habituales de la casa.

También en la exposición se puede disfrutar de un vídeo creado por Jean-Christophe Moine, pero no os lo he podido subir al post, así que si le queréis echar un vistazo, lo mejor es que visitéis mi perfil de Instagram: @maytedlaiglesia, para disfrutar de los 15 segundos que permite la app. 


Tal como explicaban en la exposición, Alber Elbaz, director creativo de la Lanvin desde 2002 (omá, y cómo pasa el tiempo, aquí podéis ver lo emocionada que estuve con él cuando visitó Madrid para recoger el premio T de Telva), siempre ha trabajado utilizando el cuerpo del maniquí y la modelo, como parte de su proceso creativo. En la oficina todo el mundo le llama por su nombre de pila: Alber, claro síntoma de su manera de ser uno más, de su sencillez que demuestra en cada entrevista que da, discreción y sobre todo complicidad con el equipo de gente con la que trabaja. Su proceso creativo, a parte de trabajar con una modelo, suele ser también a través de un folio en blanco y un bolígrafo negro mientras se concentra en pensar qué causará deseo en las mujeres y qué gustarán de vestir. Él es quien se encarga de guiar al equipo de modelistas (que son las personas que hacen prendas modeladas sobre un maniquí real o no, de carne y hueso o tejido, quería decir), buscando soluciones técnicas para los problemas que van surgiendo en cada prenda.

Como curiosidad, Alber Elbaz, no tiene cuenta de email (y luego me llaman a mi rara por no tener whassap), tampoco utiliza redes sociales y prefiere que sean otros lo que documenten su trabajo. Si hay que tomar fotos, pues que las tomen. Si hay que grabar vídeos, que se graben. Pero a él no se le verá engrosando los contenidos de ninguna cuenta en Instagram o Twitter.

Comencemos el paseo por la primera sala, la cual no tiene desperdicio al ser instantes de los fittings y  poder apreciar esa toma de decisiones que hace de las prendas y los looks auténticos aciertos o desaciertos.  


En moda lo que importa es el resultado, el hecho de ver las prendas finalizadas, pero en esta sala lo que apreciamos es ese cerebro, Alber Elbaz, que organiza y orquesta, para dejarnos ver el proceso. Desde la inspiración inicial, el dibujo, el diseño, la elección de los materiales, los fittings o el estilismo. 

La gran mayoría de estas imágenes vienen a ser fotos hechas para referenciar o documentar la evolución del trabajo de cada prenda, para ver qué pasos se han tomado o cuales se han descartado, no están pensadas para exhibirse, pero en cambio, la disposición de las mismas, en principio documentos sin valor artístico, las dota de otra perspectiva. 


Yo de vosotros, ponía a trabajar vuestra mirada más cotilla y me dedicaba a observar con detenimiento la cantidad de información que contienen esta imágenes.


¡Impactante este recorrido verdad! Contar, explicar lo que contiene esta exposición en complicado porque nada resume mejor lo implícito que una imagen.

Paso a la siguiente sala, la denominada "blanco y negro" porque las instantáneas de But Sou Lai están disparadas de ese modo en torno a las "toiles", creadas en el atelier de Lanvin, donde se puede apreciar sobre los patrones, también expuestos, los materiales utilizados durante el proceso de construcción de la prenda y detalles de fabricación de cada pieza, invisibles una vez finalizada.











Alucinado se queda uno cuando puede ver tan claramente el proceso de creación 
de las maravillas que se crean en Lanvin. 

La tercera sala, recoge instantes previos al desfile, así como del propio desfile, en gran formato y retroiluminadas creando un sensación del espacio más propia de una instalación artística que de una exposición de fotografía. 


Y las últimas salas, las de color rojo, donde vemos las piezas ya sobre la pasarela pero desde una perspectiva más artística. No se trata de las típicas imágenes de desfile que viene a recoger el instante preciso donde se ve el pie del modelo perfectamente posicionado, ni la riqueza de detalles de cada prenda, sino su aura una vez han cobrado vida al portadas por los modelos.


Una expo en la que deleitarse de un modo distinto al habitual al que solemos disfrutar en las presentaciones en torno a las firmas de moda.


Si ya era una incondicional de la firma,
ahora más.

I love Lanvin. Y todavía más, al señor Elbaz.
¡¡Larga vida al frente de la maison!! 

1 comentario:

Maite dijo...

Noooooooooooooo ahora se va! buaaaaaaa Con lo que me gustaba a mi! snif, snif