Pyjama Addiction

Suele pasar. Tantos años de viajes, idas y venidas entre tanto estilo de temporada o fuera de ella, de compras por las tiendas más inusuales, de regalazos procedentes de los diseñadores y gabinetes de prensa, hacen de una ese tipo de personas a las que no se les puede regalar nada, o casi nada.

Se aceptan libros en todos los colores y formatos y por supuesto, pijamas.

No falla. No hay cumpleaños o navidades que no aparezca un paquete con mi nombre del que por el peso, tamaño y forma, me imagino que contiene.

Un pijama de Woman´Secret.

La cara de sorpresa la pongo de todos modos porque no deja de ilusionarme sobre todo si le veo doble posibilidad.

¡¡Los pijamas horteras han muerto!! Ahora lo que se lleva es desfilar por casa de lo más estupenda que se pueda. 

Honestamente, los veo tan bonitos que me cuesta aparcarlos al ámbito hogareño.

Un chaleco por aquí, unas gafas, las botas para que no te amputen los pies por congelación (en París hace una temperatura media de 4ºC), el bolso y lista para patear las calles. 

¡Rapidito que parece que sale el sol!
Quien se atreva a gritar "Esa va con pijama" que se le caigan los dientes.

Mis pijamas y yo hace mucho tiempo que decidimos salir juntos a pasear por las calles de medio planeta.

Son ese tipo de relaciones que no sabes si surgen por enamoramiento (algunos me cuesta hasta utilizarlos por no estropearlos), casualidad (de pronto me gusta tanto una de las piezas que como no me la voy a poner con esta falda con la que combina a la perfección)  o necesidad (¡Vaya! creía que tenía suficiente ropa en la maleta como para sobrevivir 200 años y ahora no tenga nada que ponerme. Que típico esto. Atacada, te da por innovar por no repetir. Luego esto lo llaman personalidad vistiendo....jajajjaja).

Pero ahí están y en cada viaje persisten.
Todo comenzó en Tokio, por casualidad (bueno, para ser correcta quería decir por perruna). Necesitaba bajar al supermercado, total, a unas manzanas de casa pero no tenia intención de quedarme a pulular por el barrio, porque me conozco y siempre encuentro por "azar" donde entretenerme.

Así que al instante me estaba colocando unas manoletinas y una chaqueta sobre el pijama sin pensarlo mucho.

Es verdad que escogí una ciudad un tanto particular y habituada a los looks fuera de lo común para esta afición a lucir camisones y pantalones de franela. Pero me gustó tanto que no dudé en repetir durante unas vacaciones pese a que resultaba hasta indecende por el grado de transparencia de la prenda sobre todo al trasluz (jajajjaja...). Lo malo es que esto siempre se descubre demasiado tarde y lo suficientemente lejos de casa como para no poder hacer otra cosa que ponerte el bolso como escudo. Así que... ¡Ups! una tienda de W´S frente a mis narices y allí estaba la solución. Camisón sobre camisón.
Desde entonces no fallan, un día salen de fiesta, otros pasamos la noche juntos y porque no de castings y aeropuerto, es más el martes me espera un viaje de 14 horas con destino secreto, por el momento, y el conjunto infalible para viajar será en pijama desde casa hasta.......

Prometo contar muchas cosas en vivo y en directo. 

P.D: Por cierto, casi olvido la anécdota. Tengo un conocido del cual no diré su nombre que le gusta tanto lo suaves que son los pijamas de mujer que no duda en comprarlos para él. Chicas de W´S ¿Para  cuando una colección de hombre?

                                                                     CRÉDITOS

Foto 1: Camiseta a rayas y pantalón muñeco jengibre Woman´Secret.

             Sombrero Denim Hilfiger y chaleco Levi´s.

             Ojeras, de la casa.

Foto 2: Camisón a cuadros, bajo baby doll en vaquero, bolso estampado japonés y calcetines                     Woman´Secret.

              Botas Hunter

              Gafas para hacer desaparecer las ojeras Juan Duyos.