Semanas de dedicación casi total al mundo de la moda.
Las mías comenzaron con los fittings, prosiguieron los desfiles, se han solapado con la Vogue Fashion´s Night Out, hemos comenzado la etapa de los press day y ya no hay vuelta atrás con las producciones de otoño-invierno que estamos disparando.
Entre tanta moda he venido a darme un respiro.... al Museo del Traje.
Sí, soy así de masoca (en el buen sentido), en los ratos libres leo libros de moda, ojeo revistas (no precisamente de coches), me encuentro con gente del sector para seguir tratando los mismos temas y me vengo a ver exposiciones que tengo señaladas en la agenda.
Una tarde de sábado siempre es plan perfecto ir de exposiciones.
Inaugurada en julio, esta corta retrospectiva está dedicada a Gianni Versace a modo de homenaje con título explícito: 15 años sin Gianni, y podréis pasar a visitarla hasta el 14 de octubre.
Ya que estáis, no os olvidéis de pasar a admirar las obras de fotografía "Mirar y Pensar. Balenciaga" por Outumuro en la planta 0, son una maravilla.
Recoge lo mejor de sus creaciones desde finales de los 70 hasta su trágica muerte. Piezas que le encumbraron en el olimpo de los diseñadores más punteros a lo largo de los 80 y los 90 en esos desfiles que por muy pequeños que éramos son fáciles de extraer de la memoria infantil.
Creo que junto con los vestidos de Valentino que la Reina Doña Sofía lucía modificados son los recuerdos en moda que tengo más latentes. Me divertía mirar el ¡Hola! y jugar a buscar las diferencias.
Lo sé, un tanto friqui.
Puede ser que influya el hecho de que mi madre fuese una gran fan de sus creaciones siguiendo con especial atención lo que cada temporada proponía la firma para luego enfundarse los estampados más llamativos, los vestidos más ajustados y las escotes más sexies, en una combinación entre mujer imposible, rozando lo chabacano, y una auténtica diosa. Y es que los límites entre una cosa y otra siempre estuvieron muy difusos a la hora de rasar las prendas de la firma.
Los maniquies, por suerte, carecen de personalidad, curvas explosivas y complementos, maquillaje o peluquería desmesurada que solían lucir las portadoras de estas piezas, por eso nos queda lo mejor, la creación para disfrutarla sin más valorando el talento y lo revolucionario de sus diseños, algunos de ellos más vigentes que nunca.
4 comentarios:
Un buen plan si no se tiene nada que hacer. Más de un vestido y de dos se podría llevar ahora perfectamente!
La verdad es que dejó un legado impresionante, poder ver estas prendas de cerca, admirando los tejidos, los cortes, etc., pone los pelos de punta. Y además muchas podrían ponerse hoy tal cual, eso si, como bien dices controlando los excesos para no caer en lo chabacano.
Un beso
http://breakfastinthefrontrow.blogspot.com.es/
Hola Mayte,
Vi primero la de Balenciaga (obviamente) y después de comer en el museo me pasé por la de Versace ¡menuda decepción! parecían vestidos de marcas baratas, chabacanería en estado puro (queda clara la importancia del marketing en ciertas marcas, especialmente las italianas). Finalmente tuve que regresar a Balenciaga para "desintoxicarme" de tanta vulgaridad y ordinariez.
Y ahora me pregunto: ¿Habrán presentado esta misma selección de vestidos cutres y reproducciones baratas de escayola en todos los países? Fíjate que lo dudo...
Un besote,
Begoña
Ah, pues a mí no me dejaron hacer ninguna foto ;(
www.modaenprovincias.blogspot.com
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