Cuidar de nuestra ropa es también cuidar del plantea.
Al menos eso comentaban el otro día en una charla a la que acudí y donde nos daban alguna premisas para prolongar el uso de nuestras prendas.
Porque ya se sabe como es esto, cuando algo nos gusta mucho o tiene el don de combinar con todo, lo utilizamos hasta hacerlo trizas.
Bueno, si es así, pues buena inversión ha sido. Hemos prolongado la vida de esa pieza hasta el final.
Pero veamos como cuidar muchas otras para también cuidar del planeta y nuestros bolsillos al mismo tiempo.
CUIDADOS PARA LAS PRENDAS
-Deja de pronunciar la frase "por lo que cuesta me lo pongo dos veces y me deshago". Primero porque por pequeña que sea la cantidad, estás comprando ya con fecha de caducidad impuesta, lo cual significa "tirar" el dinero. Lo segundo porque cada prenda que tiramos, aunque sea a un contenedor textil, engrosa las toneladas depositadas en vertederos por no ser hábiles para segundos usos.
-Los jerseys guárdalos doblados. Es el mejor método para que no se deformen por su propio peso al estar colgados.
-Lo que crían jerseys y abrigos: BOLITAS.
Dan un aspecto envejecido aunque te lo hayas puesta tan sólo dos ocasiones. Hay quien recomienda "afeitarlos" con una cuchilla o con las maquinitas creadas para tal, pero eso ejerce un efecto de reducción de material que debilita la prenda. Os explico, las bolas no surgen de la nada, son la propia lana que por el roce o los lavados desprenden fibras que se convierten en bolitas y que como material de la propia prenda a ésta siguen unidas. Si las cortamos estamos restando todo ese material. Lo bueno, es que el jersey lucirá como nuevo. ¡Pero aviso! por poco tiempo porque si la tendencia del tejido es que haga bolas las seguirá haciendo siempre y cada vez que las rasuremos perderá grosor la prenda.
-Repasa los botones. Haz como nuestras abuelas, enhebra aguja e hilo, y repasa el cosido cuando sospeches que están débilmente prendidos. Queda destartalado cuando te quedas manca de un botón menos por aquí o por allá, en camisas o abrigos.
-Cambia de botones. Esto también se lo vi hacer a mi abuela. Cuando una prenda no le gustaba del todo o consideraba que necesitaba un nuevo look le cambiaba los botones y prenda de apariencia nueva. Ahora que muchas de las que se comercializan utilizan unos botones de pésima calidad aprovecha para rescatar la costumbre y enriquecer la prenda.
-Las arrugas. Típico vestido que te encanta pero en cuanto te lo pones, arrugas por todos los lados. ¡¡Ainsss!! Eso ya no tiene vuelta atrás. Un truco para en tienda saber si una prenda, de seda o algodón, resiste bien a las arrugas es coger una esquina y apretarla entre nuestras manos fuerte unos instantes. Si cuando la soltamos no recupera el estado liso, ya sabes, tendrá una tendencia muy fuerte a arrugarse, si en cambio se queda levemente marcada, podremos decir que tiene un arrugado convencional, y si no se arruga nada, amiga, estás comprado fibras sintéticas al 100%.
-La lavadora: A veces no nos hemos parada ni a ver qué tipo de programas tiene la máquina, ni su duración, ni cuanta agua o jabón son necesarios para el lavado. Lo ponemos todo a tope y vengaaaaa, que dé vueltas.
Comentar que los lavados de corta duración con pequeñas cantidades de jabón y suavizante, o sustituyendo estos por una bola de lavado, son más que suficientes para lavar prendas sucias por uso, con roces, pequeñas manchas o sudor.
-La secadora. Ni hablar de ella. Prohibida. A no ser que nos queramos cargar la prendas en un santiamén.
-Aleja las prendas del sol. Con la tendencia de tener burros de ropa, o bien vestidores, muchas veces no nos damos cuenta que hay una zona donde incide el sol todos los días. El sol quema el tejido produciendo un cambio de color que es irrecuperable. Así que mira bien donde cuelgas tus prendas.
LOS BOLSOS
Al igual que los zapatos, nunca son suficientes. Es más, por muchos que tengas siempre habrá una ocasión en la que digas "si tuviese un tal que.... sería perfecto". Viendo que el bolso salvador no existe , por el momento, vamos a ver qué debemos hacer para que los que ya tenemos nos duren más y mejor.
-Guardarlos en condiciones. ¿Qué significa esto? Pues que deben estar con relleno interior para evitar que se deformen, creen pliegues que agrietan la piel o el tejido y meterlos en fundas protectoras.
Y me diréis, para eso hay que tener un expositor de bolsos. Pues sí, y como la mayoría no disponemos de ese espacio, podéis hacer como una amiga que en vez de rellenarlos de papel, los utiliza para guardar camisetas o jerseys de la temporada inversa. Yo, en cambio, si son grandes y resistentes lo que hago es guardar en su interior los pequeños de fiesta, de ese modo los tengo todos controlados para cuando necesito uno.
Por supuesto fundas en todos aquello que tienen una determinada calidad y por consiguiente un precio, aunque los guarde plegados.
Y dedicarles un día de mimos de tanto en tanto: Limpiándolos (los que son de tejido cambian una barbaridad), nutrir con grasa para pieles aquellos que tienen tendencia a desgastarse por las esquinas o se rayan fácilmente (eso es porque en el curtido de la piel se ha quedado demasiado seca), llevar al zapatero si vemos que se nos está descosiendo alguna zona.....
-Bolsos de raso. Los de estilo fiesta. Son lo que más sufren por ser los que van a condiciones más arriesgadas pero además porque se suelen elegir en tonos como los de la prenda que vestimos: grises perla, lilas, nudes....
Al manipularlos directamente con la mano es fácil que acaben con algunas marcas. Lo mejor para hacerlas desaparecer es llevarlos a la tintorería y como nuevos. Ni se os ocurra darle agua y jabón porque si la seda es de calidad podéis quemar el color provocando un manchurrón. Palabrita de quien lo ha hecho.
-Modificar aquello que no nos convenza. Cuantas veces has dicho "este bolso sería el ideal si...", pues nada, cámbialo. Cuando una hebilla me es incómoda, un cierre no funciona a la perfección, cuando necesito recortar el asa..... lo llevo al zapatero y obra el milagro. Es muy fácil.
EL CAJÓN (DESASTRE) DE LA BISUTA
Pasa constantemente, te quitas los pendientes y los lanzas a la bandejita, te pones anillos y revuelves la bandejita, cambias de opinión y no llevas esa gargantilla y a la bandejita.
La bandejita puede ser, como es mi caso una caja de considerables dimensiones. ¿Qué ocurre? Que muchas veces acabo con piezas enmarañadas, no encontrando lo que me apetece para ese día o revolviendo todas las cajitas. Así que unos trucos para que esto nos nos pase... al menos, no tan a menudo.
-Los collares. Lo ideal sería poder colgarlos. Un colgador de corbatas en el interior del armario es perfecto. Pero pon atención la primera pieza con la que estará en contacto, no se vayan a enganchar. Otra opción es tenerlos en una caja, y para evitar que se enreden guardarlos de manera individual en bolsitas de tela transparente. Así podrás ver fácilmente qué tienes por allí.
-Anillos. Venden unos tubo tejido, de unos 10cm, rellenos de espumillón, con cierre a ambos lados que son geniales para tenerlos organizados o llevarlos de viaje. No ocupan nada y así los tenemos todos ordenados.
-Pendientes. Inspírate en los muestrarios que suelen llevar los joyeros y guarda del mismo modo tus pendientes. Son tablas rectangulares, no muy gruesas, del tamaño de la caja donde van apiladas en su interior y cada una de ellas tiene agujeros a pares distribuidos con cierta separación, ahí podrás poner todos tus pendientes de presión o gancho, los de clip tendrás que poner una goma de un punto a otro para poder engancharlos. A su vez puedes organizar cada altura de tablas por temáticas: pendientes dorados, plata, colgantes.....
ZAPATITOS DE MIS AMORES
¿Comprar zapatos es una pasión, una debilidad o una enfermedad? Eso os lo puedo contar mejor en este post del documental
"God Save my Shoes", pero lo que está claro es que nos encanta comprar calzado. También es de las piezas del armario que más se deterioran, el uso es intenso, soportan nuestro peso y ritmo al caminar y están expuestos a todo tipo de hostilidades. Aún así, algo podremos hacer por ellos.
-Limpieza. Exterior, dándoles con un cepillo y crema, si son de piel. E incluso un toque de color que mitigará cualquier rasguño.
E interior, funcionan fenomenal las toallitas que venden en los supermercados para limpieza de superficies de piel. Yo en cuanto tengo un día les doy un repaso a las bailarinas que se suelen poner bastante cochinas por dentro entre el sudor y el contacto directo con la suela del pie.
-Las tapetas. Nada de apurar hasta el final o dejarlos sin las mismas. Lo único que conseguiremos es poner enfermos al personal con el "tiquitac" al caminar y destrozar el metal del tacón.
-Las suelas de goma. Qué gran invento, nos ayudan a que las suelas al borde del agujero, sobre todo las de cuero, vuelvan a lucir como nuevas, pero además también impermeabilizan y dan un mejor agarre evitando que resbalemos en según que suelos.
-Reparación Louboutin. Si eres de las de la suela roja ya estarás al corriente, pero por si las moscas te comento, cuentan con su propio servio de reparación para restaurar el rojo brillante inicial. En España todavía no está disponible pero si pasáis por Londres o Paris no dudéis en acercaros y pedir cita.
Y estos han sido hoy los consejos de la Srta.De la Iglesia.
Hasta pronto.