Vuelvo de unas vacaciones rápidas, en busca de un poco de sol, y a mi regreso me doy cuenta de que se ha acabado el verano, el que aquí en París por cierto solo hemos tocado este año con la punta de los dedos.“Oh, la, la… Paguí”.
Ahora que las temperaturas empiezan a bajar en Europa, y a pesar de que el circuito fashion está metido de lleno en las tendencias del verano del año que viene, quiero darte a conocer la colección que la diseñadora española Amaya Arzuaga ha creado para este otoño-invierno que empezamos.
A diferencia de por ejemplo la fashion week de Madrid, en la que las colecciones se presentan casi todas en un mismo recinto (facilitando la logística y la organización de la prensa y compradores), la semana de moda parisina es un juego de estrategia que tiene como base el plano de la ciudad y en el que quien consigue asistir a todos los shows previstos ubicados en cualquier rincón de la misma es quien gana. Pánico de agenda, transporte y tráfico para todos los participantes.
El pasado mes de marzo, con invitación nominativa recibida en mano y de camino al lugar en el que se llevaría a cabo el desfile de Amaya, conseguí llegar a destino. Allí me planté y en tu fiesta me colé.
Para nada.
La ubicación, la Embajada de España en París, lugar de por sí con un impenetrable servicio de seguridad estatal, se convirtió en un panal de abejas que había que filtrar gracias a las indispensables invitaciones. Así que lo de colarse, no. Lo malo de un desfile de moda es que no se pueden comprar entradas, como para un concierto. Lo bueno, es que así se limita (y selecciona) el aforo.
Conozco a Amaya por haber colaborado con ella y su equipo en el pasado, y anecdóticamente me vi echando una mano en la puerta a la persona responsable de la entrada. Algunas caras conocidas sin invitación pero ciertamente invitadas y en la lista, a las que esa persona no reconocía, pudieron acceder gracias a la confianza que súbitamente me tuvo (sí, sí, esa es tal y ese otro es fulanito, hazme caso), dando por hecho que yo no la iba a engañar. Por supuesto que no. Un poco de surrealismo que me recordó a alguna escena de la película Devil Wears Prada.
Una vez dentro (recinto con solera y un sofisticado toque rancio), y una vez el enjambre ubicado y sentado, empezó el show.
Y como nos viene teniendo acostumbrados, el trabajo de Amaya Arzuaga fue de aplauso. Bajo una hipnótica música de mano de Javier Peral, las modelos iban recorriendo las salas de la Embajada ante las miradas atentas a los detalles de una colección inspirada en la obra de la pintora franco-ucraniana Sonia Delaunay, principal generadora de la tendencia abstracta del Orfismo (estilo pictórico bautizado por el poeta Guillaume Apollinaire en 1913), y que utiliza los colores intensos y los trazos curvos creando composiciones muy visuales.
Así, las prendas vistas se recorren de costuras aparentes que unen piezas y asemejan sistemas nerviosos botánicos, dando vida a un patronaje complejo y de brutal impacto óptico.
Siguiendo esta pasional corriente artística, en los diseños presentados vemos estructuras serenas y composiciones de diversos materiales como la microlana, el tul, la seda, el cuero o el mohair.
También asimetrías en los largos que junto a las aberturas radicales, los drapeados twister y alguna sorprendente capa-vestido permiten que el sobrio y exquisito erotismo que caracteriza a la firma siga presente aún en invierno.
Las texturas envolventes (que daban ganas de acariciar) y los colores con carácter (rojo sangre, negro, azul marino, verde petróleo, gris piedra, tostados) seducen un poco más si cabe, y un fantástico diseño para el calzado abierto multicolor termina la estética global de un look perfecto.
Así sí que apetece que vuelva el frío.
6 comentarios:
Ostras, que guapas!!!:)
qué maravilla, me lo pido todo
Hipnotizada mirando las prendas de lana del segundo bloque de fotos!! que maravilla!!
Me gusta mucho su trabajo!
Tengo unos problemas horrorosos para comentar vamos a ver si se publica.
Cuando vi esta colección me pareció fantastica, Amaya es la arquitecta de la moda, esos pliegues en los patrones colocados estrategicamente hacen que la prenda sea muy original además de sentar muy bien. Además el sitio elegido para esta ocasion ,una suerte el verlo en directo y desde luego a mi tampoco me importaría ejercer de portera para la próxima pirata jeje!
Besotes!
Fantásticas puestas en escena....
Este año, con qué nos sorprenderá?
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