La gran dama de la moda: Madeleine Vionnet

Con todos los respetos para Coco Chanel, la gran revolucionaria de la moda principios del siglo pasado fue Madeleine Vionnet, inventora del corte al bies, liberó a la mujeres del imperante corsé y trasladó los conceptos de la sastrería masculina a la moda femenina.

El museo de Les Arts Decoratifs (107, rue Rivoli. Paris) acoge hasta el 31 de Enero del próximo año la retrospectiva más importante hasta el momento dedicada en exclusiva a su trabajo.

Reconozco que soy una apasionada de las exposiciones dedicadas a la moda y aunque no me considero una experta ni de lejos en la materia, a los pocos instantes de introducirme en ella se que sensaciones me causará, si conseguirá atraparme o por el contrario haré el recorrido marcando tiempo record en el cronómetro.

Pues bien, esta no es solo extensa, mucho más de lo que llevaba en mente, sino que tres oles por los comisarios que la han llevado a cabo.

Por la disposición, el contenido, recorrido pero sobre todo por haber fusionado la tecnología con los archivos fotográficos y figurines. Ayuda a comprender muchísimo mejor la tarea de transgresión que aportó esta mujer en su momento.

¡Ah! Y no me quiero olvidar de dar las gracias al museo por haber puesto tan pocos vigilantes en las salas (o al menos en lugares visibles, porque en la de Rykiel casi me da un ataque al corazón al descubrir entre la oscuridad uno ojos mirando...jajaj. Fondo negro, luz tenue, vigilante negro y vestido de negro....Menudo salto dí) pudiendo de ese modo hacer fotos para todos vosotros.

Como se observa en la base de las fotos, una pequeña pantalla delante de cada vestido rota imágenes que completan la visión que en esos momentos tenemos de las prendas. Primero con el dibujo inicial ideado por la diseñadora, después con la leyenda propia de cada vestido, es decir materiales de fabricación, el porque de haber seleccionado un nombre en concreto para designarlo, número de patrón y por último una imagen real de la época portando el vestido la destinataria final de tal o alguna de las modelos que trabajaban en su taller.

Por cierto, también fue una de las grandes precursoras en aportar bienestar a sus trabajadores a través de la creación de un edificio-taller de cinco plantas en la Avenue Montaigne con todas las mejoras de la época (luz, salubridad, calefacción.....).

La exposición es sorprendente por muchos motivos pero sobre todo por la modernidad que vive atrapada en sus diseños, totalmente actuales.

Incluso resulta llamativo como investigaba a través de formas básicas (rectángulos, cuadrados, círculos) en los patrones para crear siluetas y volúmenes. Por ejemplo, miras un prenda, la cual te parece sublime, pero hasta que no ves el vídeo renderizado de animación a través del cual una pieza plana se una a otras y sucesivamente cobra volumen sobre un supuesto cuerpo humano aportándote una visión de 360º no llegas a comprender la complejidad de sus creaciones.

En la actualidad, Matteo Marzoto (dueño de Valentino) propietario de la marca junto al director creativo Rodolfo Plagialunga luchan por relanzar la casa tras el intento fallido con Sophia Kokosalaki al frente del proyecto.

No me extraña que las dos temporadas (del 2006 al 2008) con la griega al frente pasaran desapercibidas para miradas propias y ajenas. La colección carecía de rasgos apreciativos e innovadores que recordasen en algo a su diseñadora originaria. De todos modos he de decir que la colección que tuve entre mis manos pertenecía a la sección de moda femenina de unos conocidos grandes almacenes neoyorquinos y me fío tanto de la elección de producto de los directores de compras americanos (por evidentes, repetitivos y extremadamente clásicos) como de la previsión meteorológica dada por Leticia Sabater.

¿La nueva alianza conseguirá resucitar esta leyenda de la moda?

Mientras tanto quien tenga oportunidad de pasar unos días por París no dude en visitar la exposición. Es para que te salten lágrimas de los ojos.