En abril, novias mil

Y si no, ya lo veréis.
Este mes la gran mayoría de empresas presentan sus colecciones para el próximo 2010, tanto en ferias, Pasarelas como eventos privados en los que atender detenidamente a los mejores clientes

Dice la leyenda de los malfarios, que aquella ose vestirse de novia antes de su propio matrimonio, jamás se casará.
Vamos, que me puedo considerar vacuna y más. Porque durante un desfile como el celebrado por la firma Pepe Botella, puedes llegar a pasear unos 30 vestidos.

La colección como veis se organiza por orden de salidas, al contrario que habitualmente, en los que suelen colgar los looks a cada modelo en un espacio delimitado con todo aquello que debe portar como complemento o estilismo.

Según regresas de la pasarela, te adjudican el siguiente, sin saber cual es y evidentemente sin haberlo probado antes, con lo cual se requiere tener unas medidas estándar (no me preguntéis cuales, porque no lo se) que casen a la perfección con las de la colección al completo.
En este largo pasillo te esperan las vestidos y las "desvestidoras", una figura inusual pero necesaria para estos menesteres. Es decir, hay un grupo de personas que te ayudan a quitarte el vestido y otro diferente un tanto más adelantado, para que no se produzca colisión de colas, bordados y volantes, que te vuelve a vestir, todo a la velocidad de la luz y montada sobre unos estupendos taconazos.

En esta ocasión las vestidoras acuden expresamente desde fábrica ya que conocen cada detalle de la colección, siendo capaces de abotonar los mil mini botones que lleva cada vestido.

En la imagen unos minutos antes de comenzar el show: crema hidratante en los brazos, atrás el estilista buscando unos pendientes para complementar y una de las operarias de la firma fijando mediante unas puntandas una banda de pasmanería que se resistía a quedarse en su sitio.

Unos metros.... ¡Uy metros!...unos palmos más allá aguarda el equipo de peluquería y maquillaje, en un constante retoque....es que esto de vestirse y desvestirse sin parar destroza el peinado, se deben cambiar los tocados o velos, pierdes el labial por el forro de la prenda, pero sobre todo, sudas como un cerdito....jajajaj.

Y esos brillos inapropiados (y descontrolados) hay que matificarlos a toque de brocha y polvos.

Por supuesto, musicón. Los desfiles de novia a paso tortuga han pasado a la historia, así que nada mejor que un DJ pinchando en directo.

Que además, nos va muy bien para agilizar por el backstage y animarme. Lo siento por los que lo tienen que presenciar, no lo puedo evitar, me pongo a bailar y a cantar....jajaj ....¿No os da miedo solo de pensarlo?

Después de casi una hora de presentación, foto de familia luciendo la colección de fiesta junto al estilista, el diseñador y su hija.

Para mi sorpresa y cuando ya me marchaba, no sin antes buscar un botellín de agua porque estaba deshidratada, me topo con una simpática chica, propietaria de una fantástica tienda en Santa Comba (A Coruña) y el blog isabellenoivas.blogspot.com, la cual me buscaba para decirme que sigue el mio.
¡¡Que ilusión!!

Os invito a pasaros por su blog en el que relata esta misma vivencia pero desde el otro lado, el poético de admirar una preciosa colección.