Por José Luis Maseda.
París, mes de julio del extinto verano, iglesia del Oratorio del Louvre (estupendo templo protestante reciclado en acogida de eventos exquisitos) en la que los asistentes intentan instalarse buscando un hueco, porque lleno hasta arriba el lugar, aquello es pura efervescencia.
Las modelos están ya preparadas en backstage, y esperan en fila a que lleguen los últimos invitados, privilegio exclusivo y ya nada recomendable puesto que los desfiles que empiezan tarde provocan el retraso en efecto dominó de todos los desfiles de la jornada. Los profesionales son puntuales, las divas necesitan llamar la atención, y por ello en París desde la última fashion week se ha estipulado una espera de cortesía de diez minutos. Si no, el invitado se queda fuera, como en el teatro.
La luz se convierte en íntima, el público guarda silencio, suena la música y da comienzo el espectáculo, la presentación para este otoño de la colección de costura del modisto Julien Fournié…
Y queremos que tú también la disfrutes aquí mismo.
Después de haber pasado diez años al servicio de otras casas de moda (Gaultier, Montana o Torrente), este licenciado de la Escuela de la Cámara Sindical de la Costura Parisina, decide fundar la suya propia en 2009. Miembro invitado del calendario oficial de la Costura desde 2011, aprovecha esta decimoprimera colección para presentar siluetas que una vez más, rinden homenaje a su fantástica creatividad.
En esta ocasión la inspiración la obtiene de la actriz Maria Casarès con su papel de Hélène en la película “Les Dames du bois de Boulogne”, film en blanco y negro que en la mente de este diseñador se salpica de los colores sugeridos por la obra expresionista del alemán Otto Dix.
Sensuales y nobles, las creaciones de Fournié parecen ideadas para mujeres fatales que van in crescendo desde una impecable sencillez hasta modelos intensamente bordados, estampados, con diversos detalles. El contraste del bien y el mal, luz y oscuridad. Como si la personalidad de la mujer que idealiza pasase del pudor y la fragilidad a la seguridad y seducción de alguien que se conoce muy bien, con cada modelo nuevo que avanzaba por la pasarela.
Fiel al tipo de siluetas que crea, abrazando las curvas de la mujer, en esta colección el diseñador asocia mangas largas y cuellos modestos con espaldas descubiertas, o escotes vertiginosos hasta la cintura con faldas largas pero vaporosas que cubren y envuelven las piernas, todo acompañado de espectaculares chaquetas ajustadas en cuero o elaborados abrigos.
A los pies de estas divas (de maquillaje poco favorecedor, todo sea dicho), el modisto presenta una colección de calzado cápsula bautizada como “first footwear” y que ha sido concebida y realizada íntegramente por tecnología digital en colaboración con FashionLab, gabinete de diseño ultracontemporáneo de Dassault Systèmes.
Además de las rayas, en los estampados elegidos recrea imágenes de bosques hivernales, con ramas desnudas y copos de nieve que de por sí hacen alusión a ese lado oscuro ya comentado. Admirador de David Lynch y de Drácula, la representación que hace de estas dos fuentes en la mujer que le inspira es inequívoca y perceptible.
A pesar de ello, la luz la transmite con los vivos colores elegidos, como el fucsia, el azul profundo, el verde esmeralda o el amarillo limón, y los apliques de strass y pedrería.
Los vestidos de noche se complementan con aparatosos collares joya en plexiglás (con calaveras esculpidas), o plumas negras que vuelven a recordar esa transformación de ninfa inocente a casi diabólica seductora, cuya eclosión se aprecia en el traje de novia… viuda negra en telaraña de encaje con tocado de inspiración oriental, que bien podría llevar al altar al nuevo conde vampiro.
Tal es la diversidad imaginativa de Fournié, y el universo del que extrae todas sus (exquisitamente elaboradas) creaciones.
2 comentarios:
Ohhhh...ohhhhh...ohhhh!!!!
Que elegancia, un genio!
Besos pirata
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