sábado, 28 de enero de 2012

Goude, very good



Si estás en París, hasta el próximo 18 de marzo puedes disfrutar de “Goudemalion”, la primera retrospectiva que dedica el Musée des Arts Décoratifs parisino al gran fotógrafo y creativo francés Jean-Paul Goude.
Este incansable imaginativo ha demostrado su talento en todos los campos en los que se ha permitido evolucionar, tales como la ilustración, la fotografía, la dirección artística o la realización videográfica y ya sea en medios como la prensa, la música o la publicidad.



Goude ha concebido esta invitación a su obra como una gran instalación tocada por su peculiar sentido del humor y ambientada en el contexto de la espectacular sala NEF del museo.
Recorriendo los más de cuarenta años de trabajo que engloba la exposición, nada más empezar te sorprenden las impresionantes y teatrales escenas que dan paso a la visita, como la locomotora (a tamaño real) que ocupa todo el hall de la sala y que fue utilizada en el desfile del Bicentenario de la Revolución Francesa en 1989 (del que fue director artístico), enmarcada por retratos de los diferentes grupos étnicos que formaban parte del mismo.




Inmediatamente después la inmersión en las salas paralelas laterales, en las que puedes apreciar que toda su cronología artística se ha basado en la mezcla de influencias multiculturales, encuentros personales o recuerdos de su infancia, todo una vez más regado de su peculiar e irónico sentido del humor, y sin preocuparse lo más mínimo por lo “políticamente correcto”.
En ellas se muestran entre otras, seis de las etapas más importantes de su obra, ya sean por la inspiración, los participantes en ella o las firmas que lo contrataron: Toukie, Les Galeries Lafayette, Grace Jones, las diapositivas recortadas, el mobiliario en neón y Chanel.



El universo de Goude radica en el gusto por la elegancia que le inculcaría su padre y la volatilidad creativa incentivada por su madre, una bailarina americana. De ahí, una pasión por los musicals americanos de los años cincuenta, la fascinación por las diferencias étnicas y el gusto por la imagen le hacen debutar una carrera como ilustrador para la revista Marie-Claire, como publicista para la marca de lencería francesa Dim o como decorador para los grandes almacenes Printemps. Su obra llega a manos de Harold Hayes, director de la revista Esquire quien lo lleva a New York y lo convierte en 1969 en el nuevo director artístico de la publicación, donde empieza a interesarse por la fotografía.
Misma época en la que aplica el principio de la “French Correction” a la imagen, mucho antes del photoshop, como una manera de magnificar el cuerpo, redibujando, recortando o transformando el de sus musas y redefiniendo así su belleza.
La exposición dedica una sala al trabajo de transformación de una de sus esposas, Toukie, y también a la modificación visual por collage con las imágenes de la exculturista Kellie Everts, o las modelos Farida o Laetitia Casta. Llegando incluso a la cantante Björk o a la bloggera adolescente Tavi Gevinson.




Aunque sin duda alguna, su musa y objeto de todas las transformaciones posibles fue Grace Jones. A la que, una vez de vuelta a Francia en la década de los 80 y durante su período más productivo en cuanto a realización de anuncios en televisión (Dim, Kodak, Perrier, Guerlain y el maravilloso Egoïste para Chanel, etc…), rindió homenaje en uno de sus más conocidos spots publicitarios, para la marca de automóvil Citroën, en el que Grace se tragaba el coche anunciado.



A pesar de estar en su mayor parte implicado con su trabajo e identificado con la moda (espectaculares fotos de creadores como Galliano, Valentino, Mügler, Lacroix, Gaultier, Alaïa o Marc Jacobs, o la Alta Costura Olímpica), el punto culminante de su carrera fue la concepción en 1989 del famoso desfile patriótico del 14 de julio, que celebraba además el Bicentenario de la Revolución Francesa. El espectáculo, mezclando la austeridad militar y la explosión creativa de Goude, rompió esquemas al utilizar como tema central los Derechos Humanos, y la multiculturalidad de etnias, sublimando los Campos Elíseos con la belleza idealista (y osada entonces) de hacer desfilar grupos y artistas multirraciales ante los Jefes de Estado invitados. Triunfo absoluto.
Desde entonces, y prácticamente en exclusiva, Goude realiza las campañas publicitarias de las Galeries Lafayette, que invaden agradable y cotidianamente París en cada una de sus estaciones de metro.




El título dado a la exposición, “Goudemalion” es un juego de palabras obra del sociólogo Edgar Morin, que ha querido reinterpretar el mito de Pygmalion (rey chipriota que se casó con una escultura de mujer realizada por él mismo, a la que Afrodita dio vida). Así, cuenta que Jean-Paul Goude lo que hace es dar vida a sus obras, creando criaturas míticas y de leyenda que recrean sus fantasías de ingeniosa belleza.

Yo también quiero permitirme otro aunque más fácil juego de palabras, para confirmarte que efectivamente, Goude is very, very good.


*Nota:
Si no queréis perderos como se vive en directo visitar la exposición, hoy en twitter (@maytedlaiglesia)todas las explicaciones de nuestro guía del museo desde París.

2 comentarios:

Maite dijo...

Me han gustado los collages que hace con las fotos.

LadyGrett dijo...

Tengo muchísimas ganas de ver esta exposición. Ahora todavía más

Besos,