Quizás al leer esto pienses que he pasado una temporada en la cuarta dimensión o en un coma profundo y que me he despertado con una importante alteración del calendario, pero no, no hay nada de lo que preocuparse, es que por si no te habías dado cuenta todavía por todas partes es Navidad. Y desde hace ya unas semanas.
Y si hay algo que caracteriza este avance cronológico es la moda, o más concretamente su parte más democráticamente extendida: las compras navideñas. Y para estas olimpiadas del shopping, todos los escaparates del mundo se han vestido ya de fiesta haciendo que los días más cortos y grises por el tiempo de invierno se olviden un poco gracias a la puesta en escena de luces, colores y efectos solo para tus ojitos. Marketing feroz, se llama.
Del mismo modo que Londres tiene Harrods, Selfridges y Harvey Nichols, o que New York presume de Macy’s, Bloomingdales o Saks Fifth Avenue, París tiene tres grandes almacenes históricos y que contribuyen un poco más cada año al fenómeno navideño, Le Bon Marché,Le Printemps y Les Galeries Lafayette, de los que me gustaría hablarte un poco para dártelos a conocer.
Le Bon Marché (antes denominado Au Bon Marché), fue el primero de los grandes almacenes parisinos. Fundado en 1838 por los hermanos Videau, es el único que se encuentra situado en la conocida zona Rive Gauche parisina. Después de asociarse años más tarde con Aristide y Marguerite Boucicaut, el establecimiento se benefició de extensiones y reformas (de mano de ni más ni menos que del arquitecto Gustave Eiffel, padre de la famosa torre) para convertirse en uno de los centros neurológicos del shopping de la época por la cantidad de oferta diversa y productos de lujo presentados a la venta. Una nueva revolución francesa.
Los almacenes Le Printemps nacieron un 11 de mayo de 1865 por acta notarial firmada por Jules Jaluzot y Jean-Alfred Duclos, quienes decidieron fundar su tienda en una zona entonces poco recomendable de la ciudad, pero que anunciaba un gran desarrollo urbanístico gracias entre otras cosas a la estación de trenes Saint-Lazare, que traía al barrio a un número importante de pasajeros, y por tanto, clientes potenciales. Así, después de terminadas las obras en el edificio realizado por el arquitecto Jules Sédille, se inauguran oficialmente los almacenes el 3 de noviembre del mismo año, añadiéndose en 1874 cuatro edificios adyacentes más. La novedad de Le Printemps fue el principio de fidelización de la clientela, estableciendo precios fijos aunque coherentes (hasta entonces se podía regatear), creando las primeras rebajas cuando al final de temporada se deshacían del excedente de tejidos y sobretodo regalando un ramito de violetas a las clientas cada 21 de marzo, primer día de la Primavera (printemps en francés). Los detalles siempre cuentan.
Por su parte, Les Galeries Lafayette fueron creadas en enero de 1894 por dos primos, Théophile Bader y Alphonse Kahn, que deciden abrir una mercería y un taller de confección en la calle La Fayette de París, taller en el que copian para sus primeras clientas modelos de diseñadores de la época como Charles Frederick Worth. Debido a su idónea situación (entre la ya citada estación Saint-Lazare, la ópera Garnier y los grandes bulevares), consiguen un gran número de clientes entre la burguesía de la ciudad. Gracias a su éxito, consiguen adquirir el edificio y hasta la manzana entera, y después de algunas reformas de manos también de arquitectos conocidos de la época (Georges Chedanne y Ferdinand Chanut) el gran almacén de estilo bizantino y modernista es inaugurado en octubre de 1912, establecimiento que incluye 96 departamentos, una salón de té, una bliblioteca, una peluquería y una terraza panorámica desde la que admirar en las alturas la (entonces) nueva Tour Eiffel.
Y si hay algo que caracteriza las fiestas de fin de año en esta ciudad, además de la efectiva iluminación de los Campos Elíseos, es la inauguración de los escaparates navideños de esos tres grandes almacenes. Evento anual urbano donde los haya.
La ciudad entera se lanza a la calle con la excusa de adelantar sus regalos y compras, y mezclados con los incontables turistas que por el mismo motivo o por simple espectáculo se reúnen allí, los alrededores de estos tres icónicos centros comerciales se convierten en territorio comanche. Aun así, me gusta la aventura y como se dice que a pesar de que la aventura es peligrosa, la rutina puede ser mortal, hasta allí me fui, para poder compartirlo contigo.
Le Bon Marché fue el primer destino, y he de decir que es una zona tranquila. Bastante gente pero con la suficiente libertad de movimiento que te permite poder disfrutar de los escaparates que han decidido producir este año, innovando completamente al realizar instalaciones artísticas con el tema de las estrellas, de la mano de Bertrand Planes (artista videográfico contemporáneo) y comentadas por el realizador Loïc Prigent, conocido por la edición de sus múltiples documentales sobre moda. Cuatro líneas principales “La vida de las estrellas” proyección sobre nubes digitales, “La lluvia de estrellas” cayendo sobre un suelo formado por paraguas, “La cabeza en las estrellas” con las constelaciones y “La luz de las estrellas” con una explosión de asteroides. Perfectamente ingenioso, aunque difícilmente apreciable debido a los reflejos de la luz parasitaria externa en los escaparates (semáforos, farolas, coches, y demás).
La segunda misión fue llegar al lugar donde se encuentran Le Printemps y las vecinas Galeries Lafayette. Y digo misión, porque aquello se anunciaba más complicado que adivinar cuantas decoloraciones lleva hechas en el pelo mi querida Donatella. Gente, gente y más gente por todas partes, sin poder adivinar un centímetro cuadrado de aquello que en otras épocas del año se recuerda como acera. Pero mucha paciencia, muchos “excusez-moi” para conseguir avanzar un poco y por fin, llegar a contemplar lo expuesto.
Desde el 8 de noviembre Les Galeries Lafayette están engalanadas con sus luces y con unos escaparates dedicados al tema “Noël Rock’N Mode” (Navidad Rock & Moda), en la que unas marionetas rock bautizadas como Kouklitas y obra del diseñador americano Andrew Yang interpretan con movimientos automáticos diferentes escenas de lo que quiere ser una gira musical, con sus momentos backstage, sesiones de fotos para prensa, cambios de looks y estilismo y megaconcierto hasta arriba de fans. Ver las caras fascinadas de los niños ante los efectos especiales y de luces y el movimiento de las Kouklitas no tiene precio.
Y muy cerca, los almacenes Printemps, que este año y en exclusiva con la firma Chanel y el creador Karl Lagerfeld han regalado al público un increíble despliegue de glamour poniendo en escena exquisitas piezas de la alta costura de la maison francesa, recordando los más importantes desfile-eventos de la firma. La inauguración celebrada el 9 de noviembre contó con la presencia de Vanessa Paradis y del mismo Karl Lagerfeld, quien se hizo de rogar, y que presentó los diferentes decorados que alternaban maniquís y muñecas creadas por él, representando ciudades tan importantes para Chanel como New York, Shanghai, Londres, Moscú, Los Angeles, Bizancio, Tokyo, Biarritz y por supuesto, París. Poder contemplar tan de cerca los detalles de las prendas de alta costura creo que era lo que tuvo fascinados a los adultos en este caso.
Ya sabes, en cuanto a moda, y profesionalmente hablando, ya estamos en el verano que viene. Pero ahora toca disfrutar de las fiestas de fin de año. ¿O quizás aún sea demasiado pronto?
4 comentarios:
QUé añoranza al leer tu post de cuando visité Paris en Diciembre y estaba todo precioso!!!
Me encantaron los puestitos de comida navideña y de cosas artesanales que había en los Champs Elysèes
Besitos y feliz fin de semana "navideño", al fina y al cabo sólo queda un mes;)
Gema
www.demayorquieroserpersonalshoper.com
Me encanta la Navidad! (será por lo del consumismo arrollante???). Ya las he pasado en Nueva York, así que París es uno de mis próximos objetivos navideños.
Besos.
http://coolandcold.blogspot.com
Eso es decoración navideña con mayúsculas, qué preciosidad!
besos
Acabo de llegar de París! Aunque solo he visto los escaparates de las galerías Lafayette, es lo que tiene ir con un hombre jeje Impresionante la de japos que hay dentro. Me encantó los puestos de comida y cosas artesanales de los Campos Eliseos.
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