No me valen caras raras salvo que sea una cuestión de alergia radical. Vamos a hablar de abejas.Porque por éstas, seguro que te dejas picar.El perfume es el símbolo de la feminidad desde hace siglos, y los recipientes que lo contienen se transforman en objetos de prestigio, convirtiéndose algunos de ellos en objetos míticos, como el frasco “Aux Abeilles” de la firma Guerlain.
Al ser este año el 160° Aniversario de la creación de este frasco, la casa de alta cosmética francesa rinde junto al Institut National del Métiers d’Art (INMA), y en su representativa boutique del 68 de los Campos Elíseos parisinos, un exquisito homenaje a su patrimonio con una exposición entorno a tal emblemático objeto.
Fue en 1853 cuando Pierre-François-Pascal Guerlain, fundador de la maison francesa fascinado por los encantos de la emperatriz Eugenia (esposa de Napoleón III), decide crear una fragancia en su honor, y nace el perfume “L’Eau de Cologne Impériale”, fresco, vital, con toques de bergamota y cítricos como el limón y notas de romero, flor de azahar y lirio del valle.
Para que el impacto fuese el deseado por el propio artista perfumero, decidió recurrir a la casa Pochet & du Courval, maestros cristaleros, quienes dieron forma al frasco “Aux Abeilles”, alcanzando así el prestigio imperial buscado con la iniciativa. Damos por hecho que en nuestra actualidad el packaging de los productos que consumimos es muy importante, pero estamos hablando entonces de objetos que llegaban a ser considerados como extraordinarias piezas de un lujo a menudo inalcanzable, y en este caso la fabricación fue toda una proeza de refinada técnica para la época.
De forma cilíndrica, el cuerpo del frasco fue tallado representando en relieve sesenta y nueve abejas cubiertas en oro fino, siendo la abeja el motivo elegido por el propio Napoleón III para representar la imagen de la dinastía y como símbolo del Imperio, la inmortalidad y la resurrección, lo que justificó sobradamente la elección de este insecto como figura principal para el frasco.
Así mismo, la parte superior recuerda a una cúpula recubierta de festones o tejas que se inspira de la columna que preside todavía hoy la Place Vendôme de París, núcleo del lujo de la urbe.
Tan encantada estuvo con tal espléndido regalo la emperatriz Eugenia de Montijo (española de la que seguro has oído y leído ya), que en agradecimiento le otorgó a Guerlain el título honorífico de “Perfumista Oficial de su Majestad”, lo que evidentemente le permitió extender su notoriedad y prestigio por el resto de Europa, y el Mundo entero, como aún hoy.
Reconocida por el Ministerio de Industria francés como “Empresa del Patrimonio vivo”, para celebrar el 160° Aniversario de esa particular creación la firma Guerlain propuso a nueve maestros artesanos el poder crear una obra diferente inspirándose por y en torno al frasco “Aux Abeilles”, como fueron los siguientes: Lison de Caunes, Laurent Nogues, Nelly Saunier, Ludwin Vogelgesang, Etienne Rayssac, Sylvie Deschamps, Serge Amoruso, Emmanuel Barrois y Fabrice Gohard.
Aún hoy podemos hacernos con uno de estos frascos que son recipiente no de una sola fragancia, sino de la que elija el cliente, variando sin embargo por ello el color del perfume, la firma en la etiqueta o el propio cristal blanco o dorado que puede ser personalizado al ser grabado con las iniciales. Si se dispone de un buen presupuesto, no debería haber duda en darse el lujo de tal aguijón.
2 comentarios:
Que pequeño tesoro pirata, me encantaria tener uno!
Besos :)
Preciosos los frascos!
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