L ´Amour à Paris

Por Jose Luís Maseda 

Si últimamente no has salido del Planeta Tierra, no habrás podido pasar de largo del inevitable hito romántico-comercial del calendario que es el día de San Valentín.

Estés en contra o a favor, has de saber que no es una tradición reciente inventada justamente por el consumismo, sino que data de la época del Imperio Romano. Por aquel entonces, el emperador Claudio II decidió prohibir el matrimonio entre los jóvenes, ya que consideraba que los solteros sin familia eran mejores soldados al no tener ataduras. Un sacerdote del incipiente cristianismo llamado Valentín de Tornidesafió al emperador y siguió celebrando las uniones, convirtiéndose en alguien muy popular entre los enamorados de Roma. Este hecho llegó a los oídos de Claudio II, que lo encarceló y acabó ejecutándolo un 14 de febrero del año 270 d.C., terminando esta fecha por ser la que quedaría identificada como día del Amor.

Aprovecho la ocasión para decir que puestos a celebrar, deberíamos celebrar eso mismo, el amor, en general, a tu pareja, amigos, familia… a la gente que quieres y no solamente el día de los enamorados.

Y si hay algún sitio en el mundo en el que el querer forme parte de la personalidad del propio lugar, ese es sin duda la ciudad de París, Ciudad del Amor, por excelencia. Con permiso de algunas italianas (Roma, Firenze, Venezia) y todas las demás del mundo.

Si no tienes ni buscas pareja, o simplemente no te interesa seguir la tradición, este mes los grandes almacenes Le Bon Marché han pensado en ti, y han dedicado una exposición de fotografía a los lugares de la ciudad que aman los demás. Hasta el 12 de febrero se podía disfrutar de “Lieux d’Amour”, lugares en los que han amado una treintena de personalidades de la moda y el diseño y que los han recogido en imágenes tomadas por ellos mismos. Vanessa Bruno, Isabel Marant, Nathalie Rykiel o Rick Owens entre otros han participado en el juego.

Pero para celebrar el amor a dos en París, se daban varias opciones:

La primera, la que escogen las cientos de parejas de todo tipo (edad, sexo, origen) que aparecen en la ciudad estos días, en una escapada romántica en la que se recorren los lugares turísticamente populares de esta ciudad, o sea, cualquier rincón. Mención especial al puente de l’Archêveché, justo detrás de Nôtre-Dame, asaltado desde no hace mucho por los “candados enamorados”.

 La segunda, las flores. Si regalar flores es algo muy parisino y habitual, cuando llega San Valentín es el momento en el que los floristas hacen su agosto.

Y la tercera, llevarte a quien tú quieras a una de las numerosas tiendas Passage du Désir (pasaje del deseo), cadena de sex-shops chic (un aplauso si lo pronuncias bien a la primera) en la que se puede encontrar de todo para poder disfrutar en intimidad, pero siempre con un toque erótico muy sofisticado.

Aunque sin lugar a dudas, la opción que muchas víctimas de Cupido eligen es regalar una joya. Y para encontrar tu corazón de piedra (preciosa) nada mejor que recorrer la Rue de la Paix hasta llegar a laPlace Vendôme. Si ya de por sí la forma de dicha plaza representa una de las maneras de tallar el diamante, ese anecdótico hecho justifica la concentración de altas firmas de joyería que en ella se encuentran y que es exactamente proporcional al número de clientes, admiradores o simples curiosos que invaden sus escaparates.

Nombres tan valiosos como los objetos que venden, y una larga lista que incluye marcas como Bvlgari,Rolex, Tag Heuer, Fred, Boucheron, Chopard, Piaget, Van Cleef & Arpels, Chanel, Louis Vuitton, Tiffany & Co, Dior, Cartier, Montblanc, Herzo, Poiray, Mauboussin, Chaumet… y unas piezas en los escaparates tan espectaculares como las que puedes ver en las fotos.

Sin necesidad de escuchar el maravilloso “Himno al Amor” de Edith Piaf, un sencillo paseo por París te enamora, pero si además se hace en buena e intencionadamente elegida compañía, la cardiopatía es instantánea y esa sensación de digerir mariposas espectacular. Créeme.