"Amphibia" por Leyre Valiente, de José Luis Maseda

Aunque el verano esté todavía algo lejos, me voy a tomar unas vacaciones para ir de playa en playa.

Y quizás, con un poco de suerte, me encuentre con la mujer que imagina para esta temporada primavera verano 2014 la diseñadora Leyre Valiente.

Leyre, a la que tuve el privilegio de conocer en uno de los conocidos Salones durante la fashion week parisina, ha creado “Amphibia”, en sus propias palabras una mujer con branquias, prodigio de la naturaleza o engendro nacido de la contaminación, que sale del agua para mostrar la superioridad y belleza de su especie.

Mutantes anfibias, de pieles escamosas y cuerpos cartilaginosos estructurados como erizos de mar, con transparencias que simulan medusas y vegetación submarina y con texturas que se reproducen biológicamente cual estrellas de mar. Fascinante.

Inspirada en el aspecto visual de películas como “La mujer y el monstruo” (The Creature from the Black Lagoon. Jack Arnold, 1954) y “The host” (Gwoemul. Joon-Ho Bong, 2006), y también en las ilustraciones del mundo marino del naturalista decimonónico Ernst Haeckel, la colección Amphibia es un estudiado y sutil contraste entre esa estética tan fuertemente impactante y la delicadeza de los materiales empleados: organzas de seda superpuestas imitando las medusas, mikados y gazares en estructuras que simulan las armaduras de crustáceos, plisados de raso y organza que parecen aletas y branquias de peces… aguanta la respiración, estamos sumergidos.

Contraste que se reitera en la paleta de color utilizada, con combinaciones de granate y blanco nacarado, verdes menta con azul intenso, negro y beige, rosa maquillaje con corales y los amarillos perfilados de naranja como luce esa particular especie de estrella de mar que es la Asteridea Larvae.

Líneas escultóricas en tops, faldas cortas, pantalones de talle alto, y soberbios vestidos que se acompañan de algunos bañadores estampados y se complementan con una serie de joyas artesanales de inspiración orgánica y de sorprendente biomorfismo.

En cualquier caso, espero poder cruzarme con la mujer Amphibia por la calle, pero sobretodo abriré bien los ojos bajo el agua, para recrearme con tal despliegue de exquisita originalidad.