Cuando algo me interesa, capaz soy de suplicar, tirarme por los suelos y hacer lo necesario por estar allí. Algo así se podría decir que he hecho por poder acudir a la inauguración en exclusiva de la exposición de Hubert de Givenchy para la revista Vanity Fair. Si creían que iba a perder la oportunidad de llegar a la exposición y poder recorrerla casi a solas, sin nadie que interrumpa, cámara en mano contándole a los de seguridad que hoy sí dejaban hacer fotos (aunque creo que no), y aproximándome más de la cuenta a las piezas para verlas en detalle, la llevaban clara.
A las 20'00h en punto me tenían en la puerta del Museo Thyssen, vestida con un abriguito de Cristina Piña y la batería del teléfono y la cámara hasta los topes. No importaba si había sido un día largo de trabajo, lo que me apetecía era disfrutar de la que sin duda es la exposición de moda de este otoño/invierno, y esta vez no diré de Madrid, sino de Europa, ya que se trata de la primera retrospectiva dedicada al diseñador. Sí, como lo oís, la primera vez que las piezas de uno de los grandes maestro de la haute couture pisa un museo para él solito.
Tras el recorrido nos hemos ido a la zona del cóctel y allí no sé cómo (bueno, sí sé, en la barra de los gin tonics) me he puesto a hablar y brindar con Tita Cervera, la Baronesa Thyssen, artífice de que esta exposición esté hoy aquí, sobre el gran trabajo que han hecho y ella se ha puesto a hablar de lo señor que es monsieur Givenchy y de cómo ha guiado y colaborado de principio a fin la exposición. Todo lleva su sello, hasta los arreglos florales traídos desde Italia.
De lo que ha dicho sobre Valentino, me lo guardaré, por si en un futuro retoman las negociaciones donde las han dejado y también tenemos la suerte de que traigan la exposición, inicialmente prevista, para más adelante. Ese día, también quiero estar allí.
La exposición está repleta de piezas icónicas inimaginables, como un vestido infantil de Carolina de Mónaco, y otras que eran de esperar, como el vestido que llevó Audrey Hepburn en Desayuno con Diamantes, quien por cierto es el ángel que sobrevuela constantemente la exposición apareciendo de nuevo cuando menos lo esperas.
A parte, encontraréis un hilo conductor que está por encima de las diferentes etapas de diseño del creador y se centra en estilos, colores o materiales y las acompaña de obras de arte pertenecientes al propio museo.
No sé si ya os he abierto suficientemente la curiosidad, pero....
-Bienvenidos a un amplio recorrido por la exposición-