Oxegen 2010

Llega el verano, o algo que se asemeje a ello, al menos en Irlanda donde el sol hace amagos. Ahora si, ahora no. Ahora te cae una tromba de agua, ahora vientos huracanados.

Pero el plan era disfrutar del Festival Oxegen celebrado en Dublin con un cartel impresionante en diversos estilos musicales e ir a la búsqueda y captura del estilo que han popularizado verano tras verano, Kate Moss o Agyness Deyn, para disfrutar de un fin de semana muy, pero que muy intenso bendecido por la mejor música del planeta.

Tres días, ocho escenarios, más de 100 actuaciones, miles de personas y encontrar a las posesas reencarnando el estilo y patrón de la Moss no es fácil....pero nos vamos acercando.

Eso si, he de reconocer que encontrar cosas no es mi especialidad. En cambio que me encuentren a mi, hasta en los lugares más inverosímiles se da cuando menos lo espero. Es un don. Estar en un lugar recóndito y multitudinario, que alguien te toque en las espalda, y al girar descubras que es un amigo periodista, español, residente en Londres y que entre miles de personas te ha divisado bailoteando frente al escenario de Empire of the Sun. El brinco que di fue para acabar enganchada en el techo de la carpa.

De estas me pasan todas las semanas. Cuando no es en un bar, es en un aeropuerto, en el paso de cebra de vete tu a saber que ciudad...El caso es que me encuentro, o me encuentran, sin más.

Aquí, igual de difícil es mantener la compostura estilística como que te reconozcan oculta bajo el kit para básico para sobrevivir.

Chubasquero, sobre chubasquero, botas Hunter, infalibles para aguantar el barrizal, y el último toque: gafas de sol para días de lluvia, firmadas por Prada.

Lo mejor de los momentos de respiro, aunque para algunos tanto daba si tronaba como si caían de punta porque muchos deambulaban medio desnudos, era descubrir los looks preparados específicamente para la ocasión. A la izquierda, el esquijama polar de los comecocos. A la derecha, mangándole el vestido a tu hermana. Contenta se iba a poner cuando lo descubriese.

Al fin comienzan a aparecer las estilosas que no se cortaron un pelo en lucir atuendo pese al barro y la lluvia.

A la izquierda, total look pantera. A la derecha, atacada por el fashionismo, me pongo el chaleco de cabra montañesa sobre el chubasquero.

No sea que no lo pueda lucir apropiadamente y vaya a regresar al armario intacto.

Por cierto, aparte de ser aquello una especie de fiesta de fin de curso multitudinaria, en el fondo es una fiesta de depuración, limpieza y tratamientos depurativos bajo agua termal caída del cielo y lodos exfoliantes. Una especie de San Juan donde dejar todo aquello que ya no vayas a utilizar. Entre otras cosas porque el fango llegó al extremo de arrasar con cualquier prenda. El último día encontrabas toneladas de ropa y zapatos desparramados, perdidos durante el fervor de los conciertos y el alcohol, sobre todo cerveza aguada o los tragos de Fairy como los de la rubia de la derecha.

Así que, mucho estilazo no se derrochó pero buen ambiente y ganas de pasarlo bien, hasta el último segundo.

Me quedo con estos dos, el indio con la bandera de la Fórmula 1 y el conejo de la suerte.

OXEGEN FOREVER