It´s my Aeroplane

Aquí comienza todo.

Un tarjeta de embarque con destino a algún lugar.

Trabajo, placer o simple locura de último minuto.

Esas tres categorías encuadran el tipo de vuelos que pasan por mi vida, todos ellos con un denominador común: Surgen de la nada, de la noche a la mañana. Puede que ahora este aquí, quien sabe si escribiendo desde algún aeropuerto, para llegar a citas, celebraciones, repentinas decisiones, simplemente, cambiar de ciudad en ciudad.

Miento, de aeropuerto a aeropuerto. En ocasiones, la visita turística se limita a escudriñar las distintas terminales porque los vuelos de ida y vuelta en el mismo día están más de moda que nunca.

Ya os comenté que un libro de experiencias aeroportuarias daría mucho de si pero ¿Y uno de aviones?

Tras tantos mil vuelos, corroborados por las tarjetas de embarque que guardo en una caja (esto es como quien colecciona entradas de cine o conciertos), lo reconozco, no me corto. Si he de volar más de cuatro horas: Pijama.

Si, si. Hay quien no le gusta que le vean ni por casa pero si a veces salgo a la calle vestida con ello, como no iba a hacerlo en un vuelo.

El estilismo "pijamil" no queda ahí. Calcetines, babuchas, sudadera, mantita, antifaz (aunque no sirva para nada más que para utilizar como turbante), cascos, embadurne facial con una crema bien untuosa y cara de no muchos amigos.

¿Alguien se ha planteado que uno no sube a un avión con intención de hacer amigos?

Si quisiese hacer amigos me iría a festejar la victoria contra Alemania en la Copa del Mundo de Fútbol.

En los aviones hay que aprovechar para leer sin que te interrumpan con doscientas llamadas, ver las películas por las que nunca pagarías en el cine, escuchar música aleatoria en los canales temáticos, y disfrutar de momentos mágicos.

Adoro contemplar amaneceres. Cuando en ocasiones desde una ventanilla todavía se ve completamente oscuro, nocturno, en cambio, desde el otro lado, ha comenzado un nuevo día.

¡¡Ah!! Y sobrevolar pozos petrolíferos anocheciendo. Es espectacular.

Claro, que no siempre los estados de relajación duran todo el vuelo.

Turbulencias de un grado inusual que hacen salir disparadas las bandejas con la cena. De menuda ingesta nos libraron, aunque parte del pasaje acabase empapado con el contenido de sus propios vasos. ¿De donde viene ese reflejo por coger la copa ante las sacudidas? Mantener el liquido dentro va a ser imposible. La única diferencia es entre acabar desparramado, solo eso, a volcarlo sobre tu camisa, o con "suerte", en la del vecino. Siendo consciente que tu también eres la vecina de alguien.

Otro modo de saber que se siente cuando se habla de pánico es tan fácil como que los señaladores de presurización se desconecten, provocando la salida de las mascarillas.

¡¡Momentazo de excepción!!

Y la que mayor alertas he visto levantar cuando un señor se puso a rezar en árabe.

Por un segundo pensamos, y quien lo niegue, miente, que entraríamos en la historia de los atentados islamistas.

En cambio otros vuelos resultan de lo más anodinos así que me dedico a otra de mis aficiones favoritas. Escarbar la bolsa que contiene la carta y revista de la aerolínea.

Por muy mona que parezca la comida de las imágenes, no os fiéis. Aún así está bien para comparar quien sabe tomar más y mejor el pelo haciéndonos pagar 7 € por ese cacho de pan de molde con un trozo de fiambre muerto "matao".

O bien leer detenidamente el contenido de la revista. Este recorte me tiene intrigada ¿Qué será este "Putifino"? Modelo AM-7 . ¿Qué es? ¿Qué es? Porque por el nombre, pistas cero.

Te lo pones y llueven flores, es lo máximo que llego a entender.

Con lo cual para ver lo que hay que ver, mejor descansar.

Tengo ensayado un libro de posturas imposibles para dormir en un avión: Posición silla, Tutankamon, oruga friolera, cuello Maria Antonieta.....

La mejor, boca entreabierta, babilla colgante y cuello con rebote..... Hasta que das un respingo de los que no acabas agarrada al techo porque el cinturón hace su trabajo.

En fin..... Mientras cojo el siguiente vuelo, os dejo con este simpático dibujo en el que recomiendan no dentaduras postizas (¿¿??), zapatos de tacón, pendientes (fantástico momento para retirarlos) o gafas de vista, lo cual para los cegatos debe ser estupendo y más en situación de emergencia.

¡¡Ah!! Y una canción para acompañar el post, Aeroplane de Red Hot Chili Peppers, que no viene a cuento la letra pero va fenomenal con el título.

¡¡Despegando con destino a Irlanda!!