Jean-Paul Gaultier, grande.

Por José Luis Maseda.

Ahora que comienza otra vez toda la nueva temporada de grandes exposiciones en París, quiero que recordemos la grandiosa retrospectiva que se hizo este año rindiendo homenaje a la trayectoria del diseñador Jean-Paul Gaultier. ¿Quieres saber más?

Después de haber recorrido varios y distintos países, en su última etapa llegó por fin a Francia la masiva exposición del etiquetado como “Enfant Terrible” de la moda gala para que su ciudad le devolviese el amor que él mismo tiene por París.

Cuatro meses en los que ni un solo día la cola de espera para acceder a esta exposición ubicada en el Grand Palais parisino dejó de impresionar por lo interminable.

Y aunque quizás debido a la larga duración de la misma, el haber podido visitarla varias veces me permitiría decir que la calidad en el mantenimiento de la exposición me pareció no estar a la altura (he visto bastante polvo o huellas de dedos en las vitrinas y expositores…), pero tengo que decir también que la cantidad e intensidad de prendas presentadas y la accesibilidad de las mismas (el autocontrol se impone para no tocar, teniéndolas libremente delante), superan las expectativas con un recorrido global por el curriculum moda de este genio del diseño. Y sí, se podían hacer fotos.

Con su creatividad igual de desbordante que su personalidad, lo estrambótico o la osadía de los diseños, y colecciones cuyos detalles son de artesanía pura aunque no estemos hablando de alta costura, la verdad es que solamente puedes admirar y apreciar tanto trabajo y tanta prolífica imaginación concentrada.

El recorrido de la exposición estuvo organizado como si realmente entrásemos en el taller del modisto, empezando por una alegoría acuática con sus sirenas y los icónicos marineros a rayas derivados en miles de diseños, pasando por las prendas de sus primeras colecciones en las que ya se adivina un potencial creativo a lo bestia, y accediendo luego a un desfile en el que los maniquís se mueven en la pasarela, delante de sus famosas amistades presentes (Catherine Deneuve, Dita Von Teese, Conchita Wurst, Suzi Menkes, Grace Coddington, Carine Roitfeld… etc).

Lo curioso es que luego se podía seguir el recorrido por el backstage de ese mismo desfile, llegando a los camerinos donde se visten artistas también amigas como Madonna, Kylie Minogue o Mylène Farmer, y después pasando por un posado para prensa (con flashes incluidos), a la zona íntima entre corsés y sexualidad ambiente, sus incursiones cinematográficas o para el ballet, para acabar en una locura de sala, en la que su la alta costura te da bofetón tras bofetón al poder observar los detalles como ya he dicho. Un fashion-zasca exquisito.

No es de extrañar pues que la exposición haya hecho una gira mundial en plan artista del pop, porque sin duda alguna Gaultier es un artista en moda. Merci JP.