PESTAÑAS

sábado, 14 de marzo de 2015

Ungaro, verano 2015 de colores.


 
Nada me gusta más que la llegada del buen tiempo, cuando la luz se hace más presente y duradera y cuando los colores resaltan por todos lados como en aquella popular canción que decía que la vida es una tómbola de luz y de color. Pues bien, hoy en mi tómbola… ¡tachán, tachán! le ha tocado ganar a la maison Ungaro, y puedo decirte que es un éxtasis visual de colorido. ¿Quieres ver más?
 





 
Fausto Puglisi el director creativo que lleva las riendas desde hace varias temporadas de esta conocida firma, se ha basado en la interpretación de la mujer que para él siempre ha representado el talento del diseñador original Emanuel Ungaro, y rebuscando en los archivos de la casa recrea una vez más esa mujer fuerte, sexy y sofisticada.
Y lo bueno es que Puglisi ha sabido reinterpretar el espíritu de esa tan engalanada casa de costura en un glamour bastante contemporáneo (los tocados de plexiglás obra del sombrerero Stephen Jones son solo un guiño).


 

Ahora que la filosofía global de la moda se está transformando en “queremos vender y punto” por encima del legendario “queremos vender que es lo que toca, pero haciéndote primero soñar”, resulta que aparece esta cuarta colección del italiano para Ungaro y te dan ganas de darle las gracias y un abrazo. De verdad.

 


 
Se abrió (y también cerró) el show con vestidos de diva del Hollywood mítico en colores saturados y poco a poco fueron apareciendo siluetas perfectamente femeninas y seductoras, sin necesidad alguna de excentricidades, o ese punto de vista masculino que tenemos de querer que “enseñéis cacho” (que también gusta, por qué no decirlo).
 


 
Prendas amplias y muy fluidas entre las que se encontraban faldas capa, vestidos gigantescos, pantalones al estilo pijama masculino, sudaderas así como algunas blusas de mangas despegadas… todo orquestrado por Puglisi y ayudado en la labor por la estilista Arianne Phillips (que ha vestido entre otros a Madonna), y quien amadrinó el maquillaje escogido tan de cabaret (máscara de pestañas intensa, rojo en los labios, azul en los párpados). Para verme bonita me pinto de azul que decía aquella… solo que en este caso funciona.

 


 
Quizás al detalle las prendas no tuviesen el exquisito acabado al que Ungaro tenía tanto apego y puede además que  lo novedoso no fueran las prendas en sí, porque al fin y al cabo las siluetas o patronaje no eran de lo más vanguardista, pero los tejidos (sedas, muselinas, encajes, punto), los estampados y la fuerza de la paleta de colores escogida hicieron que la nueva versión de algo tan clásico consiga el efecto buscado y, sin apenas accesorios, resulte moderno. Validamos.
 

 

2 comentarios:

  1. Eso de "enseñar cacho" me ha gustado jajaja.
    Una colección muy explosiva en color!

    Besos :)

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