Cuando el diseñador de origen indio Manish Arora presenta una
nueva colección, no se pueden tener ideas preconcebidas porque lo que surge de
su creativa cabeza siempre es un festival de colorido y excentricidad bien
estudiada. Y lo que propuso para esta primavera que llega no fue ninguna
excepción.
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Desde New Delhi y pasando por Hong Kong y Londres hasta llegar a su
primera fashion week parisina en
2007, Arora es en sí mismo un cóctel explosivo de culturas diferentes y de
experiencias viajeras, con lo que no es de extrañar que aproveche toda esa
inherente mezcla para dar rienda suelta a su imaginación en cuanto se pone a
crear moda.
La mujer que imagina para su colección tiene un espíritu viajero que más
allá de los florales paisajes empolvados que estampan las prendas, la llevan
hasta el espacio sideral, en un contexto algo astronauta que ratifica una vez
más lo dicho antes, que Arora es de todo menos predecible.
Con varias capas que provocan efectos 3D y diversas texturas en las que
se integran los fabulosos bordados artesanos que siempre implica (su origen
indio tiene que salir por algún sitio), algunas prendas producen la sensación
de estar presenciando hipnóticos hologramas.
Un caleidoscopio lunar de abalorios y perlas reflectantes que te pilla
desprevenido, porque aparecen también escondidas en pliegues o bajo capas de
nylon translúcido y punto tejido, entre tonos pasteles como el melocotón, el
rosa, el celeste o el verde anís.
Por si te quedan dudas del momento alucinógeno, aparecen en lúrex estampados
algunas de las deidades de la mitología hindú para que pienses que si el
nirvana no está cerca, al menos sí lo está la euforia de tus sentidos
estimulados.
Líneas fluidas y orientales por un lado, y radicalmente deportivas por
otro se completan por gorras y tocados al más puro estilo baño vintage, y
también con cyber sandalias de gladiador en pvc, o joyas en plexiglass
trabajado con láser. El futuro y el pasado, el viaje en el tiempo.
Manish Arora aprovechó también la ocasión para inaugurar su primera
boutique flagship y para ello eligió París, donde su colorido es más que
bienvenido (será por el gris del cielo). Después del éxito con su corner en las
famosas Galeries Lafayette, Manish Arora se instala en el 5 de la rue
Rouget-de-l’Isle, entre las Tuileries y la exquisita calle Saint-Honoré con un
espacio que es como su propio universo, un petardazo de color que estuvo a
cargo del gabinete de arquitectura italo-parisino Riccardo Haiat, especializado
en boutiques de lujo, y en el que además de la tienda, se integra su showroom.
Yo no fumo nada, pero con tal euforia visual pienso que después de lo
visto la sensación debe ser idéntica. No entiendo nada, pero me encanta.
Necesitamos más subidones Arora.
Me encanta, me encanta, me encantaaaaa, una colección preciosa llena de color, al abordaje pirata!!!
ResponderEliminarEt....merci :)
De los pasteles del desfile a la explosión de color en la tienda...madre mía!
ResponderEliminarLo que más me hace feliz es que podré viajar asi sea con mi poco out que tenga, aunque esta muy lindo la nueva tendencia de verano hay cosas más placenteras que ir de comprar, es conocer gente, nuevas culturas, nuevos lenguajes, nuevas comidas, dulces, más que llenar tu maleta de moda llenala de esperanza.
ResponderEliminarFuente: galapagos coral cruise