Maléficamente Louboutin

Por Jose Luís Maseda

No tengo que presentarlo más. El artesano zapatero Christian Louboutin (al que puedes ver en las fotos) la ha vuelto a montar. Y se lo ha montado, una vez más, pero que muy bien.

Para celebrar el reciente estreno de Maléfica, la película de la factoría Disney que protagoniza Angelina Jolie, se le ocurrió solicitar directamente a la espectacular actriz para realizar una colaboración creativa con ella como socia e invitada.

¡¡Pasen y vean!!

Angelina conoce y admira el trabajo de Christian desde hace mucho tiempo, y el respeto es recíproco tal y como Louboutin explicaba: “Tener la oportunidad de conocer y trabajar tan estrechamente con alguien que tiene semejante personalidad y tan exquisito sentido estético ha sido uno de mis mayores placeres tanto personales como profesionales”.

El resultado es todo el embrujo de las malas de cine concentrado en un espectacular zapato obra del trabajo mano a mano entre ambos.

Malangeli, nombre del modelo creado, es un objeto de deseo realizado artesanalmente y en edición limitada en el taller parisino del creador, que se podrá adquirir a partir del próximo 20 de octubre y bajo pedido previo en los cinco flagship stores más importantes de la firma francesa, es decir en Nueva York, Los Ángeles, Hong Kong, Londres y París.

Con un soberbio trabajo de escultura en la forma del tacón, que se escapa de la suela como una voluta de humo, el cuero utilizado (en dos versiones, rojo o negro) envuelve una base de tul nude, creando un efecto mágico que desnuda el pie de la mujer que lo lleva. Un arma de peligrosa seducción masiva para arrasar dentro y fuera de las alfombras rojas.

Pero como la maléfica diva protagonista tiene nombre celestial, que sepas que lo mejor de todo es que los beneficios de las ventas de esta nueva obra de arte hecha calzado irán destinados a la asociación de la que ella misma es embajadora desde 2003, SOS Children’s Villages, quien se ocupa de proporcionar un hogar y educación a niños huérfanos o cuyo destino les ha dejado solos.

Que algo superficial y bonito pueda ser al mismo tiempo tan profundo y ético, me parece una deliciosa exquisitez. ¿Qué opinas tú?

Fotografías ©Scott Witter