M.I.T Me by Mayte: Las bicicletas son para el verano

Más allá de los tópicos que nos vienen impuestos por las ya incontambles reposiciones de "Verano Azul", la bicicletas son para el verano, y por eso, Las Rozas Village, el espacio de compras de relevantes firmas a los mejores precios, ha decidido este año homenajearla a través de su nuevo embajador Lorenzo Martone, quien trajo hasta el village mucha simpatía y sus diseños exquisitos en bicis.

Móntate en la tuya y venta a conocer de la mano de su protagonista

todo a cerca de la moda sobre dos ruedas.

Martone Cycling Co es la firma fundada por el brasileño Lorenzo Martone con la idea de crear una marca de bicicletas únicas que sean parte cotidiana de nuestra vida y estilo, las cuales podemos personalizar a nuestro gusto. Dice haberle llegado repentinamente la idea de crear su propia gama de bicicletas al ser usuario habitual de este medio de transporte y para darle forma y las líneas deseadas fusionó la bicicleta clásica con las "fixie" (el modelo habitual entre los hipsters).

¡¡Ah!! y tienen una cesta ideal al frente para llevar el bolso, o lo que se nos antoje, sin ser una molestia.

Martone, que habla perfectamente español, porque estuvo algún tiempo viviendo en Madrid, me comentó que en España, por el momento, tan solo están disponibles sus bicicletas a través de la web de la marca o realizando en el pedido a través de unos ipads en el espacio que tiene reservado la firma en el propio village, pero quién sabe si pronto se anima alguna tienda a tenerlas disponibles en su catálogo tras el éxito que están teniendo en París, Berlín o Londres.

Yo por el momento me apunto su filosofía y como él dice, las bicicletas son una extensión más de tu personalidad, así que como tenía clarísimo que iba a darme una vuelta con ella escogí un look de ciudad pero cómodo, como el que llevaría cualquier día para hacer mis recados habituales conduciendo una bici por la ciudad, combinando una chaqueta de David Delfín, con unos shorts de Ion Fiz, una blusa de Ángel Schlesser y unos tacones de Fosco porque lejos de lo que puede parecer, pedalear con tacones no es una odisea. Palabrita de ciclista fashion.

A parte de conocer en primicia a Lorenzo Martone y sus bicis disfrutamos del atarceder en una de las terrazas menos conocidas de Madrid y por la que bien vale un paseo en coche hasta las proximidades de la sierra.

Además, ahora que Madrid se ha apuntado al ciclo-transporte en formato público y municipal organizamos a la mañana siguiente un taller de estilismo para ver cómo y qué prendas van a ser nuestros imprescindibles para montar en bicicleta con mucho estilo.

Comencé el taller con una exposición a cerca de la revolución que supuso para las mujeres el uso de la bicicleta, a finales del siglo XIX, cuando se iniciaron pequeños cambios socio-culturales con la petición de igualdad en derechos para las mujeres, mejoras en su educación y liberación en el vestir reivindicando la no utilización del corset y la creación de un modelo de falda-pantalón, llamada bloomers, para poder montar con mayor comodidad. ¡¡Un escándalo para la época!!

La bicicleta daba mayor facilidad para moverse, visitar pueblos cercanos, relacionarse con más gente e incluso hay estudios que dicen que favoreció en las relaciones sentimentales al posibilitar que jóvenes de aldeas alejadas tuviesen la oportunidad de conocerse.

De ahí, pasamos a ver como ya en el S.XX, durante los años 30 y 40, la bici siguió siendo un referente de independencia femenina. Mujeres que habían incorporado el pantalón a su guardarropa, mujeres que en los periodos de las grandes guerras tuvieron que hacer frente a labores anteriormente reservadas para los hombres, mujeres que tenían el poder sobre dos ruedas e incluso los estudios de Hollywood no tardaron en apuntar a la tendencia de la bici a sus grandes estrellas que pusieron de moda las bermudas y shorts.

Y por último, vimos estilismos con piezas que recolecté de las diferentes tiendas de Las Rozas Village que funcionan a la perfección a la hora de conducir una bicicleta, aunque se trate de faldas largas, zapatos de tacón o vestidos. Tan solo quedan descartadas (por experiencia propia) aquellos vestidos y faldas demasiado estrechas como para no permitirnos pedalear y las camisetas con escotes tan pronunciados que cuando cogemos el manillar se nos ve hasta el carnet de identidad.