Por José Luis Maseda.
Como tengo claro que la moda me alimenta, me vas a permitir que me ponga un poco gastronómico. Y es que durante esta última semana del prêt-à-porter acontecida en París, ha habido momentos en los que me he dado cuenta ya de noche que no había tenido tiempo ni para comer. Y eso sí que no…
Comer bien requiere tranquilidad y tomarte tu tiempo. Así que te pido que te relajes un momento y puedas dedicarte un poco a esta pequeño aperitivo de nutrición moda.
Aquí tienes la receta para conseguir una deliciosa fashion week. Se necesitan:
Ingredientes básicos.
Para empezar, o tienes invitaciones, o no las tienes. He ahí la diferencia. Más que nada porque si no, no tienes acceso a ningún tipo de evento, sea un desfile, una presentación de prensa, una feria, una inauguración o una fiesta. Y con ellas en la mano, a preparar el maratón.
Empiezas con invitaciones en las manos pero al final acabas con las carpetas y dossiers de prensa, las fotos (oficiales y propias) y algún que otro regalito de cortesía. Y entre las dos etapas, el calendario de desfiles, el mapa de bolsillo de la ciudad (indispensable, aunque vivas en ella), cámara de fotos, agua y algo para asearte, por supuesto, que ya he dicho que es un maratón.
Localizaciones.
París es una ciudad bella. No tengo que justificarlo, ni lo pretendo. Recorrerla como el conejo blanco de Alicia en el país de las maravillas, a toda prisa y con reloj en mano… “¡llego tarde! ¡llego tarde!” no tiene precio. Y es que el poder disfrutar de semejante ciudad durante la semana de colecciones es imposible. Menos mal que la conozco bien. Recuerdo aquel momento de la película “El Diablo se viste de Prada” en el que alguien dice al abandonar el mundo de la moda que va a poder venir a París, y visitar París. Pues eso mismo. Aun así, y a pesar del tráfico y las prisas, hemos podido agradecer una climatología agradable y pocas lluvias. Ver de vez en cuando el color del cielo fascina, y también facilita la carrera de desplazamientos a emplazamientos varios de los desfiles/showrooms/ presentaciones. Desde Bercy al Palacio Chaillot en Trocadèro, de la Universidad de Medicina a los Inválidos, de la facultad de Bellas Artes al Palacio de Tokyo pasando por los jardines de las Tullerías o la ópera Garnier, lo dicho… ¡corre!
Logística.
La ciudad, como cualquier gran capital, es un caos de tráfico. Más todavía cuando muchas de las calles y accesos pueden estar momentáneamente indisponibles por la logística que acompaña el montaje de un desfile (decorados, transporte de colecciones, etc).
Cada firma necesita para su presentación un decorado (creatividad en imagen de marca ambiental y asientos para el público), y una instalación técnica (audio, vídeo e iluminación), con lo que los camiones saturan las entradas de las localizaciones antes y después de los desfiles, dejando solamente en el intermedio el lugar a los invitados, que también saturan, y mucho, los accesos.
Una vez dentro, y solamente unos instantes antes del comienzo del desfile (que esta temporada empezaban casi todos con retraso) se retira la protección de las pasarelas y… voilà, paso a las modelos. Las mismas que forman parte del panal de abejas que es un backstage, las mismas cuyo acceso a ese mismo backstage no satura nadie (la seguridad se encarga) y las mismas que saldrán disparadas a buscar su chófer y su moto adjudicados para el día. Y a correr hacia el siguiente show.
Las modelos.
La ciudad es un hervidero de mujeres (niñas) guapas. Los días previos, castings en todas partes; los días de desfiles, bellezas más altas que la media en metro, autobús, patines, bicicleta, taxi y moto. París es el último destino del circuito moda internacional (después de Madrid, New York, Londres y Milán), y a estas alturas las “girls” no pueden ya con su alma. Ni con sus pies, piel, o pelo. Prueba a maquillarte y peinarte una media de 5 veces al día, con estilos radicalmente opuestos y durante más de un mes, mientras caminas y caminas con zapatos imposibles y nuevos.
Como ves en las imágenes, ojeras que son pozos de profundidad, maquillaje que lo intenta cubrir todo y que se quitan con pasión después… pasión como la de la propuesta de belleza del diseñador Gareth Pugh, exquisita, vampírica y con lágrima incluida. Metáfora perfecta para lo que deben sentir estas chicas con el quita y pon contínuo.
A pesar de ello, cual juego de supervivencia en la selva, las hay que resisten. Y son las que terminan por darse a conocer, por su profesionalidad y porque al final las ves por todas partes. Son las llamadas “new comers” (recién llegadas). Otras, que ya no necesitan hacerse hueco en la profesión, vuelven por sorpresa después de una larga ausencia, como la brasileña Raquel Zimmerman, que desfiló en exclusiva para Miu Miu.
En esta ocasión las caras nuevas recurrentes han sido: Mackenzie Drazan (USA), Pauline Hoarau (Francia), Marte Mei Van Haaster (Holanda), Ji Hye Park (Corea), Esther Heesch (Alemania), Antonina Vasylchenko (Ukrania), Ondria Hardin (USA) y Grace Hamary (Somalia).
Los diseñadores.
Durante nueve días, se presentan colecciones dentro del marco del calendario oficial y también en el calendario off. En el primero, nada menos que 94 firmas en las que a menudo los diseñadores son más de una persona, y en el segundo unas 9. Calcula el nombre de creativos.
Los nombres te suenan todos, algunos de tanta solera como los de Karl, Marc, Alber y Jean-Paul (ya no hacen falta apellidos), y otros como los de Stella McCartney, Riccardo Tisci, Nicolas Guesquière, Manish Arora, Viktor & Rolf, Olivier Rousteing, Rick Owens, Anthony Vaccarello, Giambattista Valli, Elie Saab o Isabel Marant, entre muchos, muchos otros.
Si en esta edición han destacado algunos (por citar solo unos pocos), éstos han sido:
Hedi Slimane. Esperadísima primera colección de este hombre para la firma Saint Laurent (olvídate desde ya de Yves), en la que sin embargo ha respetado con un toque contemporáneo las raíces creativas del difunto fundador de la maison, y que ha dedicado en exclusiva a la pareja de éste, Pierre Bergé. Bajo el significativo nombre de “Collection I”, lo que podía haber sido una carnicería de los rapaces de la prensa internacional se convirtió en un repetido “alabado sea Hedi, amén” de parte de la gran mayoría (lista interminable de VIPS incluida). Llegó, planteó, impuso (su personalidad y estética tan particular) y triunfó. Con un par.
Raf Simons. Porque después de su aplaudida colección de costura para Christian Dior, ésta era su primera colección de prêt-à-porter. Sobriedad y exquisitez muy lejos de su antecesor (¿Galliano… qué Galliano?), y perfectamente acorde con su propio estilo, y deduzco que con las directivas impuestas por el grupo dueño de la marca: aquí hay que vender, aunque debas también hacer soñar. Misión doblemente cumplida.
Marc Jacobs. Lo consigue cada vez, y en esta ocasión no iba a ser menos. El niño mimado del grupo LVMH tiene talento, mucho, y consigue cambiar radicalmente el espíritu de la firma Louis Vuitton con cada colección, con algo totalmente nuevo y sin continuación, para seguir provocando la admiración y el deseo adquisitivo. Mucho toque sesentero, y mucho optic-art homenajeando al famoso estampado damero de los bolsos. Dejó a todo el mundo a cuadros. Literalmente.
Sarah Burton. No sé qué más podría decirte sobre esta perfecta heredera del talento de Alexander McQueen, que lleva las riendas de la marca desde la desaparición del mismo. Inspirándose en el surrealista tema de la apicultura y demostrando que la inspiración, cuando eres bueno, proviene de cualquier parte, ha presentado una exquisita colección llena de detalles significativos. Miel en los labios, nunca mejor dicho.
Jean-Paul Gaultier. Personalmente opino que su colección no ha sido de las mejores presentadas, y mucho menos de las mejores de toda su carrera, pero llega un punto en el que este diseñador quiere seguir pasándoselo bien y ni te imaginas como se lo monta en cada desfile. En principio, desesperando al personal asistente, porque en el lugar que se realizan los shows (la sede de su firma) no existe el aire acondicionado. Y en segundo lugar, porque tuvo más de una hora de retraso (Jean-Paul improvisa cambios hasta el último momento). Pero en cualquier caso, el espectáculo no faltó a la cita, en la que rendía claro homenaje a las figuras más importantes de la historia de la música reciente en plan fiesta de disfraces. Pasen y vean.
Olivier Rousteing. Es uno de los pocos que prescinden de excesos en puestas en escena (decorados, maquillaje o peluquería extravagantes) y se concentran en la colección que presentan. Y resulta todo tan sencillamente natural que es impresionante darse cuenta del enorme trabajo que integra en cada prenda que imagina para la casa Balmain. En esta ocasión, la utilización de mimbre y tejidos trenzados como tal (como las sillas antiguas), pero en diferentes colores, es algo para sencillamente, morir de amor.
Protagonistas.
Por supuesto, además de ellos y de las modelos, los protagonistas de la semana del prêt-à-porter son los agentes artísticos, modistas, maquilladores, peluqueros, fotógrafos, técnicos, transportistas, regidores, vestidoras, planchadoras, limpiadoras, agentes de seguridad, azafatos/as, etc… Aunque todas estas personas forman parte del equipo de “los de dentro”.
Las personas del equipo de fuera, que te explico a continuación, las puedes ver en las fotos.
Los indispensables clientes japoneses inclinándose ante los también japoneses encargados de prensa de la firma Viktor & Rolf. El resto de relaciones públicas encargados de prensa y clientes (carpeta con listas confidenciales en mano y de riguroso negro vestidos), a la espera de sus invitados. Los curiosos miran tras la barrera, porque la verdad es que es todo un espectáculo.
Y entre los invitados, están los que pueden ser conocidos como “personalidades” (celebrities, realeza editorial como Suzy Menkes o Ana Wintour… y demás). A destacar el niño de la foto, increíble. Se deshizo de la mano de su sofisticada madre y sin que nadie lo solicitase se dirigió a todas las cámaras presentes con una soltura sobrenatural diciendo: “Venga, podéis hacerme fotos, claro” y comenzó a posar cual Diane Kruger en la alfombra roja. Fan total. Aunque igual dentro de unos años dan ganas de abofetearle. Seamos optimistas.
También están los “personajes”, que son los invitados que llaman la atención no ya por un gusto exquisito en cuanto a estilismo se refiere (que también los hay) sino por la osadía de los atuendos. Como las presuntamente gemelas de la imagen.
Y por último, y con todos mis respetos, también están las “mamarrachas”. Gente que confunde la moda con el disfraz, por mucha personalidad que presuman poseer. Nota benéfica: Wannabies hay muchos, pero Lady Gaga sólo hay una.
Puestas en escena.
Para crear expectación y poder dejar al público con la boca abierta, hace falta mucha creatividad, y sobretodo, mucho presupuesto. Así que como viene siendo tradicional, solamente las grandes casas de moda se pueden permitir montar decorados efímeros (un desfile dura una media de diez minutos) de tal envergadura.
La ambientación lograda por el conjunto de decorado, música y colección presentada puede llegar a rozar la poesía (como en el caso de Rick Owens y su cascada de espuma inundando la sala progresivamente), y tocar el arte (como en la coreografía visual de las escaleras mecánicas de Louis Vuitton). La música en directo del órgano en Givenchy, o el decorado níveo y casi simétrico en Dior, junto a la desmesura de los molinos contemporáneos y a talla real de Chanel, son solo unos pocos ejemplos más.
Tendencias.
Muchas, como las mil y una superficies materiales (cuero, gasa, sedas) recortadas y troqueladas con láser, o los cortes y estampados de inspiración oriental, o bien militar, o también la borrachera de grafismos y efectos ópticos con cuadros y rayas… Tres de ellas sin embargo retienen mi atención.
Los colores. Todos. Aunque vamos a seguir viendo mucho color pastel, los tonos se intensifican hasta llegar al fluorescente en algunos casos.
Los volantes. Por todas partes y en cualquier talla. En detalle o en sobredosis, pero el toque gitano y también romántico de los volantes va a ser una epidemia que se aprovecha con sutileza, para no caer en el folklore y olé.
Y el smoking. Por supuesto vamos a seguir viendo vestidos espectaculares para las noches y eventos (alfombra roja obliga), pero cada vez más se ven y se han visto alternativas tan radicales (y tan sobriamente sensuales) como el smoking para mujer.
Anécdotas.
Además de cruzarme con personalidades varias constantemente (como Scott Schuman, el autor de The Sartorialist), ocelebrities nacionales como Isabel Preysler o Marisa de Borbón, esta fashion week ha estado marcada por dos noticias. La primera, la anulación en el último minuto del desfile de Sonia Rykiel que solamente hizo una presentación para prensa por “diferencias” con la desde ya exdirectora artística de la firma April Crichton. La segunda, algo más rocambolesca, la cancelación pura del show del diseñador Hakaan, por extravío íntegro de la colección a manos de la empresa de transporte. Con la de requisitos que firman las aseguradoras, esto es un poco sospechoso, y de hecho todavía no ha quedado muy claro el “expediente pérdida” en esta investigación. Veremos lo que acarrea.
En definitiva, el maratón moda es agotador, pero para ser honesto ya estoy deseando que empiece el próximo. ¿Y tú?
Uuuuuu como te lo has curraooo pirata, me ha encantado de principio a fin, vamos que me has trasladado alli con todos tus detalles y fotos .
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo , sobre todo en la vestimenta de algunos asistentes, si ya pasa aquí me puedo imaginar que allí mas aún les hacen perder el norte.
Me he reído con la anécdota del renacuajo , veremos a este dentro de unos añitos......o tonto o molón jajaja y las gemelas si me dicen que Anna Dello Ruso tiene dos hijas pensarían que son ellas aunque he de decir que Anna a pesar de su atrevimiento hay muchas veces que me encanta!
Genial Dior , Jacobs y Olivier me pareció increible su trabajo. En fin, que nos has trasmitido muy bien tu emocion a pesar del maratón que has llevado, a mi me pasaría igual!
Buen finde y descansa ya Pirata!
Bss
vistetedeseda.blogspot.com
amaaaaazing ^.^
ResponderEliminar- ♥♥♥ -
Me encantó la puesta en escena de Louis Vuitton! Y después de tu crónica tampoco puedo esperar al próximo maratón!
ResponderEliminar¡¡¡Que me gusta que disfrutéis tanto como yo!!! ;-)
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