Por José Luis Maseda.
Aunque no pongo en duda tus conocimientos relativos a la moda, por si no lo conoces todavía apunta este nombre, porque vas a oír hablar mucho de él: Anthony Vaccarello.
Este diseñador italo-belga de 31 años a la cabeza de su firma homónima ha proseguido su carrera a pasos de gigante.
Apenas diplomado de la prestigiosa escuela de artes visuales La Cambre en 2006, recibe el Gran Premio del Festival de Hyères y automáticamente integra el atelier creativo de Fendi. Su firma nace en el año 2009 y, dos colecciones para la compañía de venta a distancia La Redoute y un premio de la Andam (Asociación Nacional para el Desarrollo de las Artes de la Moda) más tarde, sus primeros desfiles se hicieron absolutamente necesarios.
Durante la pasada fashion week parisina para la próxima temporada otoño-invierno 2012-2013, tuve el privilegio de asistir a la presentación de su colección. Primer día de un calendario de locos, y su desfile como plato fuerte al final del día, inscrito en el último piso de la Cité de la Mode, con el sol cayendo y a orillas del Sena.
Con la producción a cargo del prestigioso grupo Bureau Betak, y los invitados llegando casi milagrosamente puntuales (Carine Roitfeld y Kanye West entre otros muchos) las desnudas paredes de cemento del lugar funcionaron perfectamente para enmarcar el espíritu de la colección.
Parpadean las luces de neón, suena un hipnótico y efectivo tema de Radiohead y entre la niebla de hielo seco aparece la exquisita y altísima modelo americana Karlie Kloss deslizándose con toda la elegancia que la caracteriza y abriendo bocas a su paso.
Karlie no desfiló esta temporada en New York, Londres o Milán, reservando su primera aparición para París con el desfile de Vaccarello, al que le une una buena amistad desde que su foto llevando un vestido que casi no lo era en su desfile anterior diese la vuelta al mundo.
Las chicas de uno de los mejores castings de la temporada aparecen poco a poco, siguiendo mecánicamente el ritmo de la música y los brillos del tejido de los primeros looks auguran lo que será la colección entera: brillante.
En esta ocasión el diseñador ha creado intencionadamente un contraste entre la sastrería masculina y el glamour de la lencería femenina tan característica de los años cincuenta, que siguen inspirando las mentes creativas de la moda una temporada más.
Ante mis ojos veo pasar la imagen de una mujer sensible, urbana, sensual y ciertamente segura de sí misma, que se viste sin miedo alguno con ceñidas prendas de ligero corte militar, y geometría exhibicionista y asimétrica debido a las aberturas realizadas al cortar con láser el tejido, lo que provoca un patronaje eficaz y acabados muy limpios.
La sutil feminidad de las prendas y materiales como el raso duquesa o el lamé, se complementa con el guiño masculino de la paleta de colores, tales como el azul navy (marino de toda la vida), el verde esmeralda, el negro y algunos toques de dorado que estructuran las líneas gráficas de los looks.
El estricto y húmedo peinado y el maquillaje de ojos nocturnos dan juego también a esa intención eróticamente sobria.
Acompañando las prendas, Anthony Vaccarello ha presentado una mini colección cápsula de zapatos concebida en colaboración con la prestigiosa firma de calzado Giuseppe Zanotti, quien se declara admirador del trabajo de Vaccarello y deseaba que esta colaboración tuviese lugar desde hace tiempo. Los dos creadores presentaron cuatro modelos diferentes, botas y sandalias de cuero mate con variaciones en otros materiales como el lúrex o el satén, que se venderán bajo contrato de licencia en varias tiendas a nivel mundial.
Como anécdota, algo que ningún diseñador desea nunca para su desfile, pero que en esta ocasión y gracias a las redes sociales e internet le ha dado una publicidad extra.
Durante el carroussel final, pase en el que aparecen todas las modelos a la vez, la jovencísima modelo francesa Pauline Houreau perdió repetidamente el equilibrio con sus zapatos demasiado grandes sobre el resbaladizo suelo de cemento barnizado. Es algo que me pone los pelos de punta, no por lo feo que pueda resultar, sino por el daño (físico y en el ego) que la pobre chica se pueda hacer. Pero como en todas partes hay gente buena, las dos compañeras que le seguían en la fila, la finlandesa Suvi Koponen y la rusa Daria Strokous, con muchos más kilómetros de pasarelas a sus espaldas, no dudaron un instante en ponerse cada una a un lado y sujetándola del brazo, ayudarla a terminar dignamente y con una sonrisa ese mal trago. Gracias, eso es ser profesional.
Por su parte, después de acabar el desfile saludando tímidamente bajo la lluvia de aplausos de la mano de la modelo Anja Rubik, y según sus propias palabras, Vaccarello dice que “hace las cosas por etapas, intentando apreciar cada instante. No sigue planes y se mueve por instinto, y eso le conviene por el momento”.
Pues si es cuestión de seguir instintos, el del planeta moda se ha despertado al oler su talento, y le queda mucho, pero mucho por delante. Yo aviso.
Es pronto para hacer dictamen, pero ¿muy teatral?
ResponderEliminarPobre la del batacazo!!
ResponderEliminarMe gusta lo que hace!!
Gracias por tus posts!!
muaka
No lo conocía, gracias por darlo a conocer. Pobre chica...
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