Ni frio, ni calor

Más bien, frío polar de morir congelada y quedarte sin pies. Y sin pies, no, por Dior, que los necesito para seguir ganándome el pan (integral) y correr en la cinta en la que voy a tener que quemar la tonelada de calorías que se aproximan.

Ahora con este frío que nos acompaña y todavía presentes las producciones en París para la próxima primavera a finales del mes pasado con los pelos disparados por las bajas temperaturas, me viene a la mente la pregunta que formuló tiempo atrás Moda Elle del blog De Todo un Poco: ¿Que tal andan los backstages de calefacción?

Por suerte (al menos para las modelos), los backstages y platos en estudios se suelen acondicionar para la causa.

Es decir, si se va a realizar por ejemplo un catálogo de baño o lencería se suele poner una temperatura cómoda y agradable para quien menos ropa lleva en el momento, la modelo, así que os podéis imaginar las sudadas que se pega el resto del quipo como no vengan preparados para quedarse en mangas de camiseta y pantaloncillos. Porque como la que tienes que estar agustito sin carnes de gallina y feas venas moradas eres tu, pues por pedir....: Que sea una temperatura tropical, por favor.

A la inversa ocurre otro tanto de lo mismo.

Toca editorial o catálogo con prendas de invierno y encima la tendencia va a ser "La Superposición": Camiseta, camisa, chaleco, chaqueta, abrigo y por si faltaba algo, corro bufanda, guantes y mitones que le da un aspecto muy grunge. Evidentemente, antes de que acabes como un pollo asado bajo los focos, con la tensión por los suelos y estropeando el maquillaje a chorretón vivo, ponen la temperatura al estilo congelador permafrost de cuatro estrellas que es donde mejor se conservan los congelados.

Con lo cual, quien del equipo no se haya traído una bufanda y un polar, que se prepare porque va a sentir el fresquibiri corriendo por su cuerpo.

Otro cantar son las producciones en exterior.
La moda vive al revés. En otoño-invierno se preparan los temas para la próxima primavera y por fuerza mayor los siguientes, a la inversa.

Así que aquí no manera de contentar a nadie. O si, movilizando al equipo al completo a algún lugar templado, soleado y de aguas cristalinas cuando el frío aprieta.

La foto, no es el mejor ejemplo de ello pero si de la cotideanidad.
Foto vestida con un trocito de tela, eso si maravillosamente confeccionada en tejido tecnológico por Jose Miró para el tarjetón de prensa en una de sus colecciones de invierno presentada en Cibeles, disparada en unas remotas piedras de la isla de Palma de Mallorca durante enero y con un vendaval como acompañante.

No me quitaba ni los tacones para ir saltando escollos hasta llegar donde estaba el equipo en busca del plumifero de bakalaera estilo edredón hasta los pies.
Virgen Santa y que frío me entra solo de recordarlo. Menos mal que las fotos eran espectaculares.

De ahí, a la situación opuesta.

Pleno verano marbellí en agosto para la presentación de la colección O/I de la firma Chloé en uno de los garitos playeros con mayor reputación.

Las horas diurnas habían sido intesamente calurosas pero es que la noche y la brisa marina no consiguieron apaciguar el termómetro, así que aguantando hasta el último segundo con nuestra ropa fresquita de verano para pasar a desfilar con leotardos, fantásticos jerseys de cashmere y abrigazos de piel. Enamorada me tiene todavía esa colección.

Hubo que hacer un gran ejercicio para retener el sudor. ¡Que no escapase ni gota por la epidermis! (Como que ha habido ocasiones en las que llevabamos dos compresas de papel bajo los sobaquillos una vez en la fila para salir a desfilar porque los tejido eran tan livianos que una sola gota de sudor lo empapaba...jejejej...¡Que poco glamour! Pero las prendas salen perfectas) Menos mal que teníamos al equipo de Mac, caja de pañuelos en mano y polvos para matificar, porque podríamos haber salido brillando como bombillas.

También existen las causas extraordinarias, de las de ni frío, ni calor, en las que como en la foto antes de comenzar el desfile de lencería y corsetería de la firma W´S para la colección verano 2009, en un espacio acondicionado con la perfecta temperatura para desfilar en baño y no matar a los asistente de un sofocón, esperando para nuestro momento ante la necesidad de ir al baño nos enfundamos los abrigos y salimos disparadas por el recinto donde se celebraba. ¡Que momento exhibicionista!

¡Y que frío! porque fuera de nuestra área seguía siendo invierno.

Aquí nunca es lo que parece. Nunca es demasiado invierno, ni demasiado verano.