París a simple vista puede parecer la ciudad inamovible.
Su estilo de edificios Haussmann unificando la ciudad hace que se respire ese espíritu del "donde no pasa nada".
Más allá de las apariencias París es una ciudad en constante cambio, adaptada a cada acontecimiento que acoge y además con infinidad de espacios a descubrir. Algunos efímeros, otros novedosos y muchos de ellos, siempre estuvieron ahí, simplemente no los habías encontrado. Todavía.
Os propongo desde Absolut Mode Society un recorrido por los últimos espacios en la ciudad de la luz, sobre todo, para aquellos que disfrutaréis de la semana de la moda.
En cambio, en el blog os propongo un paseo exhaustivo por uno de ellos en concreto, el Museo Privado Pierre Cardin.
París y sus parisinos no consideran como tal los suburbios que rodean la ciudad, con lo cual, lo primero que he de matizar es el emplazamiento. Situado en Saint Ouen, una ciudad al norte de la gran ciudad también conocida por acoger el mercado de las pulgas más popular.
El diseñador Pierre Cardin en relación con esta ciudad anexa escogió como espacio un antiguo taller de chapa y pintura para transformarlo en un hangar donde dar cabida a la recopilación de su historia creativa.
Así que nada fácil dar con él, ya que no al no ser París distrito no aparece en ninguna guía y una vez allí pasaría totalmente desapercibido para cualquiera que no esté a su búsqueda.
Si a eso sumamos el concepto que acompaña al diseñador, ser el rey de las licencias (¿Alguien no tiene ningún regalo del banco, revista o periódico firmado por él?) sin duda puede parecer a simple vista el lugar menos atractivo a visitar.
Todo lo contrario.
Los 3.000m2 del espacio son una condensación de sus creaciones pero sobre todo es un paseo por la evolución del vestir, las revoluciones textiles de cada época, colaboraciones en las manufacturas y sus maravillosas obras como diseñador industrial.
La exposición comienza con una selección de sus primeros diseños en los años 50 en los cuales prevalece el estilo heredado de sus primeros mentores: Schiaparelli y sus años como jefe del atelier de Christian Dior.
Retos en patronaje para abrigos túnica o las chaquetas con volúmenes a la espalda.
La conservadora del Museo nos cuenta anécdotas de cómo y en qué estado halló algunas de la piezas teniéndolas que someter a un proceso de limpieza y restauración que les devolviese su aspecto de antaño.
Y es que en ocasiones la labor de estas figuras va más allá de cuidar, presentar o exponer un legado, sino también, estar en constante búsqueda para reunir piezas que hilvanen y representen la historia de la firma.
Como las piezas de mobiliario en madera lacada, su material predilecto, las cuales desconocía y me causaron un gran impacto, por lo funcional al tiempo que artístico.
Jamás llegaron a producirse en serie debido a que el taller donde las realizaba cerró repentinamente, así que se trata de piezas únicas, las cuales recomiendo se acerquen a conocer todas aquellas personas interesadas en diseño industrial.
Maravillosas.
La exposición en su hilo cronológico se adentra en los 60. La época que romperá moldes y de la que Pierre Cardin será uno de sus mayores exponentes en diseño de moda.
El hombre pisa la luna y Cardin decide crear la moda que vestiremos los terrícolas una vez tengamos colonizado el suelo lunar.
:D
Vinilos, nylon, fibras sintéticas, tejidos termo moldeados....
Pierre Cardin se afianza en un estilo innovador que lo seguirá el resto de su periplo como diseñador de moda.
Por cierto, ¿Qué diseñador diríais que encontró en este modelo su icono de referencia?
¡¡Sí!! Jean Paul Gaultier quien trabajó junto al diseñador y quedó con este imagen de los pechos cono que más tarde reproduciría de una manera grandilocuente en sus diseños.
El imagenio del diseñador le llevó a emprender diseños también para hombres e incluso niños.
Esta hubiese sido la estampa de la mama "voguette" de la época.
Por cierto, del 79, mi año.
Alguna de las piezas que más me gustaron fue un trío de sencillos vestidos túnica negros los cuales penden desde piezas de metal sujetas al cuello y hombros.
Diseños muy avanzados para el momento pero sobretodo geniales por la historia que los acompaña.
El joyero/orfebre que habitualmente trabaja junto a Pierre Cardin para la creación de metales insertados en la vestimenta ve imposible crear unas piezas como las que demanda.
Acaba de lanzarse al mercado el Citroën 2V, con unos imponentes parachoques cromados que al diseñador le fascinan y se convierten en motivo de inspiración para estas piezas.
Ante la imposibilidad de que nadie cree las piezas debido a su complejidad finalmente es la propia marca de vehículos quien las produce creándose una de las primeras sinérgias entre dos mundos radicalmente opuestos.
Podría pasar toda la mañana escribiendo sobre cada uno de los diseños expuestos, ya que es amplísima la exposición, por eso os invito a que paséis por el lugar en futuras ocasiones en París.
Ahora que el Musée Galliera esta cerrado por remodelación y el Musée des Arts Decoratifs está perfilando su próxima exposición dedicada a LV, qué mejor momento.
Por cierto, no olvidéis pedir cita. No tiene horario de apertura al público de manera continua y os encantará conocer a la genuina conservadora, quien lleva al lado del diseñador 40 años y os mostrará hasta imágenes suyas con 20 años desfilando para la firma, contará anécdotas de cada pieza u os invitará a que las toquéis (esto es un lujo tratándose de un museo textil).