Ya se, ya se, también se puede tratar de libros infantiles y de "Recorta y Colorea", pero libros son.
Además los libros son más útiles de lo que pueden parecer.
Algunos de ellos, por su tamaño, como arma arrojadiza funcionan de maravilla. Mira, se te pone un tío pesado en el metro, el típico: Perdona, tu eres modelo ¿Verdad?.
Lo primero que me viene a la mente es "¿Te he preguntado yo a ti en que trabajas? Es que ni me lo planteo", pero no te vas a poner borde así porque sí, sonríes, afirmes o niegues no importa, te descubrió antes de venir a preguntar. El caso es que no te va dejar ir porque si. Tras el intercambio de cuatro palabras, ahora toca el: vives aquí, te gusta la ciudad, conoces tal bar, si te apetece podemos ir....
Y es ahí, a falta de 3 segundos para que llegue el metro, el momento en el que debes estrellarle el libro en toda la cabeza y salir corriendo.
Los libros como paraban de no estoy para nadie y no quiero ver a nadie también cumplen.
¿Alguna vez habéis tenido la sensación de que la gente os observa? No es que seamos unas paranoicas obsesas creyendo ser el centro de atención (porque de acuerdo, hay algun@s que cuando no lo son, se lo montan) pero la gente, en general, mira y a veces puede resultar incluso molesto sentir tantos ojos sobre ti en espacios públicos. Sobre todo en esos momentos sin maquillaje y tacones. Cuesta sentirse radiografiada.
Así que te coges tu libro, te encierras en él enfrascada en la lectura, lo subes y acercas lo suficiente como para que tu campo de visión no supere el formato y adiós muy buenas.
Si no los ves, nadie te mira.
Pero en realidad, para lo que las modelos utilizamos los libros, cuanto mayores y más pesados, mejor, es para aprender a desfilar.
Que no lo niegue nadie. La enciclopedia Espasa, el Diccionario de Sinónimos/Antónimos de la RAE y el libro de acontecimientos del S.XX no los hemos abierto, ni intención que llevamos.
Esos libros no han nacido para meter sus contenidos en nuestras cabecitas hiper lacadas, NO, lo han hecho para llevarlos sobre las mismas y aprender a mantener el equilibrio....(jejejej...)
El periódico La Razón, los jueves dedica una amplia sección al planeta Libros y sus autores, y en una mini apartado escoge a alguien del panorama nacional para que cuente sobre que lectura se trae entre manos. Este último, me toco a mi.
Por suerte, para quedar como una cultureta de pro me pillaron con un Murakami (aunque el Sr.Q opine que es de ser un demodé), "Sauce ciego, Mujer dormida", porque también podría haber estado leyendo Manolito Gafotas (si, que pasa, son buenísimos) o uno de Marian Keyes (van fenomenal para épocas de estados anímicos bajos o lugares con mucha arena, sol y capirinhas).
Además con anécdota del propio día en que me preguntaron. Iba por la calle y yo que no soy nada de entablar conversaciones con extraños, ya sabéis se juegan acabar con el lomo de un libro marcado entre ceja y ceja, un chico, un Hare Krisna camuflado bajo un plumífero, me pregunta algo. El caso es que acabo con un libro de "Cocina Natural sin Karma" con muchas recetas interesantes y no me vino otra cosa a la mente que comentarlo.
Todavía no estoy experimentando con su contenido, pero no pinta mal. También existe un ranking internacional de los "Book: Top Five Models". Es que "Ten" hubiesen sido demasiados.
Claro, claro, la gente habla, comenta, recomienda y al final hay libros que ves rondando los espacios de trabajo día si, día también.
Encabeza la lista "Los Pilares de la Tierra". Inocente de mi como todo el mundo hablaba tan bien me puse a ello y ains que dolor, coñazo de libro (Lo siento, no tengo otra palabra).
Le sigue "El Código Da Vinci". Siiiiiii, no reneguéis, muchos lo hemos leído y a los que nos pilló esa época por París tuvo su extra de gracia en busca de los lugares donde transcurría la acción.
El tercero, Memorias de una Geisha. Este era el favorito de las chicas, las historias de amor imposible nos pierden.
Cuartos: La saga Stieg Larsson. Con estos todavía no he comenzado, esperaré a que pase el boom, con lo cual estoy de out total cuando se ponen a desgranar y debatir sobre el contenido.
Y por último, La Sombra del Viento. Muy entretenido para aeropuertos y descansos entre foto y foto.
Pero para que comprobéis lo mucho que nos gusta leer al modeleo, os dejo con esta foto de Bruce Weber para V Magazine que lo ilustra mejor que nada.