Al menos, eso es lo que hemos descubierto gracias al reportaje disparado para la revista Woman junto al artículo que aparece en su número de mayo, dedicado a las parejas que comparten sus neceseres.....y algo más.
En mi caso, prendas del armario, las cuales no puedo evitar picar. Un día es un jersey que a modo de fular queda estupendo (Claro, él se cabrea, pero solo un poquito, porque he retorcido esa mezcla espectacular de cashmere y seda. Pero ¿Y lo que me favorece este color? En esos instantes ¿Donde ha quedado su gran sentido y conocimiento sobre moda?...jajajaj), otro, una blazer (Evidentemente y comparando la embergadura de ambos en mi es un tanto "oversize") combinada con un vestidito, la cual he remangado para no lucir un look sin manos y darle un aspecto más informal ¿Resultado? Al retornarla a su percha de origen, sin pretenderlo, muestra un nuevo aspecto más cercano a un acordeon que al planchado impecable, que en su naturaleza habitual exhiben este tipo de prendas.
Así que me excuso hablando de innovación y blablbalaal¨. Él me mira con cara de "May, no tienes remedio", así que le contesto con unos ojillos de "ya lo se
cari, ya". Además los pantalones, zapatos y camisas blancas se salvan ¿Que más quiere?
De todas esas cosas, que para ti son tan cotidianas, no te percatas hasta que no las verbalizas.
Entonces, a través de la entrevista realizada por Myriam Serrano (Que paciencia demostraste, porque los dos hablamos por los codos), fuimos desgranando y recordando pasajes graciosos como las ocasiones, que no son precisamente pocas, en las que hemos aparecido vestidos, no conjuntados, sino idénticos, sin habernos visto antes, o de que manera ha influenciado el uno sobre el otro a la hora de adquirir prendas a lo largo de estos años.
En eso, me tengo que apuntar algún que otro tanto. Conseguí que admitiese el rosa pastel, con el que además esta guapísimo, en cambio, yo me resisto a convertirme al minimalismo...jej...Pero si hasta él lo dice, los valencianos, somos unos artistas falleros en potencia.
Todo ello y más, se fraguó el pasado 16 de marzo, con un pie más en París que en Madrid, en una de las magnificas suits del Hotel Puerta América.
Era nuestra primera sesión de fotos conjunta "oficial" (Si descontamos photocalls, personales, familiares, proyectos....). Por un lado, una ilusión tremenda, pero por otro... ¡Que vergüenza!
Tantos años haciendo fotos junto a otros compañeros modelos en actitudes (fingidas, por supuesto) cariñosas y ese día iban a ser con mi pareja.
No podía dejar de estar preocupada por él, porque para mi es el medio cotidiano de trabajo con el que convivo: observar tanto revuelo, probar diferentes combinaciones de ropa, buscar la pose idónea, la luz que mejor funciona...
La jornada, como es habitual, comenzó con el ritual de maquillaje y peluquería, a manos de Sonia Marina, cuidando nuestras pieles con productos de La Roche-Posay, Sanoflore y SkinCeuticals.
Ton, mi pareja (Me he puesto a explicar sin ni tan siquiera presentaroslo), como le suele ocurrir a la mayoría de sus congéneres, eso de maquillarse y que le peinen para las sesiones, no le motiva en absoluto y es curioso porque para el día a día no duda en utilizar correctores de ojeras si amanece con una pequeña imperfección.
Una vez listos....¡¡a la cama!!
A las órdenes de Antonio Terrón, fotógrafo, fuimos guiados en cuanto al acting. ¿Cual? Lo que más me gusta hacer en el mundo: pintarme las uñas en fantásticos y llamativos colores, pese a que se me da fatal. Os podéis imaginar que no solo mis uñas de los pies quedaron coloreadas, hice un parte y reparte, con eso de mirarnos, la complicidad, las risitas, el "ahora que no te puedes mover, te las pinto". Para continuar, cuidados faciales con cremita. En cuanto dieron la voz de pringarle con cantidad no es pecado, me alboroté....jajaj
Un segundo .
-"Mi vida, si quieres escribir algo, ahora es tu momento. Si no, siempre te quedarán los comentarios"
Por cierto ¿No es encantadora la foto de la izquierda? Moira de Pin Up con el equipo de la revista, Arantxa, Marta Lasierra, directora de moda y Myriam Serrano, como si estuviesen en la sala de espera para saber si será niño o niña.
En cuanto Antonio se puso a chequear los disparos, corriendo a ver. Nosotros no. Los modelos, generalmente, han de aguardar en su lugar y modificar lo menos posible el lugar por si se ha de reanudar o corregir algo en base a alguna foto que gusta mucho.
Eso si, en cuanto nos dieron permiso, también de cabeza.
Y ¡Sorpresa! Al verlas me percaté que era más yo que nunca. Cosa rara, porque a ocasiones al ver imágenes convertida en la Mayte modelo no llego a decir: "si, así soy yo", todo lo contrario, veo a alguien con una actitud, un físico, una cara, que se aleja a la concepción que tengo de misma. Por eso, al observarlas una vez publicadas, me gustan más si cabe.
En la revista encontraréis un monton de secretillos que seguimos relatando.
Esperamos que los disfruteis.
P.D:Agradecer a la revista y todo el equipo con los que pasamos esta divertida y diferente mañana.